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domingo, 17 de noviembre de 2019

¿Por qué no he corrido un Ultra?

Muchas veces he pensado en este tema y escribir sobre ello, y supongo que algunos se habrán preguntado alguna vez (o quizá nunca) el por qué no he participado en carreras de ultra distancia.

Bueno, razones tengo varias, y tengo que aceptar que desde hace tiempo tenía ganas de escribir sobre esto. No hay mucho qué decir, pero la inquietud por hacerlo quedará desahogada aquí:




─Ya recorrí muchos lugares de campo cuando niño:

Los ultra maratones que se corren en nuestra región, a decir verdad, me atraen muy poco por su tipo de terreno, altimetría y escasa flora que hay.  Yo soy más de bosques un tanto densos, pero con rutas donde se pueda correr más y andar (caminar) menos, pues los senderos muy estrechos tendrán su reto, pero prefiero espacio para mayor movimiento, para velocidad, para rebasar si acaso quiero hacerlo, e inclusive para escapar de un animal que me persiga... ya sé, exageré, pero todo puede suceder.  
Y bueno, como soy originario de Sinaloa, cuando chico, mi papá nos llevaba de excursión y por horas íbamos muy lejos, sobre cerros, valles y bosques maravillosos. Cruzábamos arroyos y ríos de ida y vuelta... pero eso no existe acá, lo cual me motiva muy poco.

─No tengo nada qué demostrarme en recorrer distancias largas:

Porque siendo realista, los ultra runners siempre querrán demostrarse (y demostrarles a sus amigos para impresionar) que pueden llegar cada vez más lejos, por eso 80 km no bastarán, luego irán por 100, luego por números mayores y en millas, hasta establecer una distancia tan grande que los aleje de sus amigos y de sus rivales. Considero que de quererlo hacer, yo también podría... pero no.

─Exceso de sudor y calambres:   

No quiero que se me caigan las uñas de los pies... no quiero que mi nervio ciático duela sin piedad desde el km 20... no quiero lesionarme una rodilla o de otra parte del cuerpo y dejar de correr por meses. Por eso, recordar el por qué comencé a correr me ayuda:  Por salud y por bajar de peso, y después por mantenerme en forma.

Además en mi caso, sudo en exceso... sí, aunque coma plátanos y beba sueros por varios días antes, me llegan los calambres en maratones (casi siempre), porque en el sudor pierde uno los electrolitos y por ende el cuerpo se va debilitando. Cuando correr deja de ser disfrutable para mí, pierdo el interés por seguir... lo bueno es que me pasa cuando ya falta poco por terminar los 42 km. y a veces nunca, pues depende del maratón ya que unos son grandiosos y otros... de apoyo casi nulo. Así lo dejo.


─Mi distancia favorita es el Maratón:

Mi distancia favorita para velocidad es el medio maratón, ya que me permite seguir corriendo a un buen ritmo de principio a fin. Sin embargo, el maratón es "mi gran reto favorito" y la distancia mayor que corro. La distancia con la que se cierra los Juegos Olímpicos cada cuatro años es... el maratón. En dichos Juegos la única ultra distancia que existe es la competencia de marcha en 50 km.  Por eso mi orgullo es ser maratonista, y siento que me llena de grandes emociones y satisfacciones y que no necesito más.

─Me gusta llegar pronto a la meta o lugar objetivo: 

Que un reto de esfuerzo físico me lleve tantas horas me llega a desesperar. Por eso me gusta cruzar la meta lo más rápido posible. No por eso soy velocista o un atleta veloz... pero la lucha le hago con lo que hay y con lo que la edad me permite. Eso sí, entreno seguido para mejorar la resistencia de velocidad. 

─Me gusta más correr que recorrer:

Tal como se lee y suena, pues adicional al tiempo que conlleva concluir una ultra distancia, sé que se recorre lentamente y con varias "paradas" para llenar de combustible el organismo y poder continuar; por lo cual hay que correr por ratos, alternar con caminatas (hacer senderismo y caminata recreativa) para sumar kilómetros y así recorrer toda la distancia. Y no les resto mérito a quienes lo hacen, pues sin duda no muchos consiguen esto, y gran esfuerzo les ha de costar. Mas no es lo que me atrae... ya que a mí me sigue gustando más correr que recorrer.

Ya sé, me dirán que tengo que vivirlo... y quizá algún día, si el lugar y la ruta son inspiradores y me llenan el ojo y logre emocionarme como para sufrirle un buen rato. ¡Sé que será grandioso!




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