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viernes, 14 de octubre de 2016

Maratón Querétaro 2016

16 kilómetros por fin, y pensé: "¡Apenas 16 y ya me siento muy cansado!... qué envidia de la buena me dan los de medio maratón, que solamente correrán 21 kilómetros".

El equipaje que me llevé a Querétaro, incluía cuerpo amarrado, quiero decir, lleno de nudos o nervios hechos bola, tensión desde la nuca hasta la espalda baja, la ciática, esa, milagrosamente no dolía, pero a cambio de eso, tres días antes me salió una dolencia nueva en los meniscos de una rodilla, la cual de repente me dolía con sólo caminar, ¿así cómo iba a correr el maratón el domingo 2 de octubre? Lucy me tuvo que sobar las dos noches previas, le dije cómo lo hace la señora que me da mis masajes, y al parecer ayudó "algo", aminoró el malestar... y es que la señora Mary, quien es mi masajista desde hace más de cuatro años, por vez primera no estuvo disponible por enfermedad. Pues ni hablar, me mentalicé de sacar el maratón como pudiera, como me sintiera, que aquel viaje en realidad eran nuestras vacaciones y el maratón era lo de menos.



Aquella madrugada me escapé a oscuras del hotel, tomando camino hacia un Oxxo que estaba a tres cuadras. Con sólo caminar, me sugestionaba que pudiera doler la rodilla y oh sorpresa, que llego y la tienda estaba cerrada, a pesar de anunciar que se abría a las 6:00 a.m. Sería la primera vez que correría un maratón sin tomarme un café, el cual en lo personal siento que siempre me ayuda un poco, sobre todo a comenzar muy despiertito y con energía los primeros metros de una carrera. Y no, no había otra tienda por ahí cerca, y en la habitación del hotel solo teníamos la versión descafeinada para preparar.

Muy tarde dio inicio el maratón, a las 7:45 a.m. pudiendo haber comenzado desde la siete, pero no se programó así. Ahí arrancamos, un tanto revueltos con medio maratonistas y algunos despistados de 10 kilómetros que no salieron a tiempo... por cierto, que mal que revuelvan tantas distancias ¿Por qué no dejar esa carrera de 10k para el sábado (un día antes) tal como hicieron con el 5k?




A nuestras espaldas, a unos 800 metros, estaba el Estadio Corregidora, en el cual encontraríamos la meta al regresar, por lo cual se vislumbraba una llegada agotadora, pues el estadio se encuentra en un punto alto y nosotros comenzamos con bajadas.

Iba tranquilo, con temor a que doliera algo, y por la altura de la ciudad, que con sólo recordar lo mal que me sentí en la Ciudad de México, no quise acelerar mucho. Las camisetas rosas dominaron las calles muy rápidamente, mismas que me hicieron pensar en la reciente y desorganizada expo, que para ser del Rock and roll, no dieron siquiera las muestras de productos como acostumbran, no, aquí todo se vendía, era más bien un tianguis. Para que nos dieran el número (bib) hubo que subir escalones en aquel recinto, para que luego nos regresaran abajo, para que llenáramos y firmáramos un formulario y regresar con él, hacer cola de nuevo y que nos dieran por fin el dichoso número... de ahí a buscar donde dieran la camiseta, porque las indicaciones no estaban muy claras que digamos.

Cinco kilómetros apenas arriba de 25 minutos y de bajadita alternando con calles planas, eso significaba que me iba a costar mucho trabajo completar todo el recorrido. Ya iba bastante sudado. Mantener un ritmo arriba de 5:00' por km me costaba mucho esfuerzo, sin duda la altura de 1800 metros sobre el nivel del mar, en mi caso si estaba pegándome. 

Algo curioso, que aproximadamente cada 200 metros me tenía que secar el sudor de la frente, pues me escurría con aquella facilidad, como si me exprimieran la mollera, y así lo haría por todo el recorrido.



Subimos un par de puentes en aquella larguísima recta, los cuales nos esperarían de regreso para vernos pasar de nuevo.

Diez kilómetros en 50 minutos no estaban mal si lograba mantener ese paso por mucho tiempo, pero, la cosa es que meter ese tiempo me costó mucho. Veía un poco frustrado como mucha gente iba fresquecita, como muchas muchachas que sin mayor problema me pasaban por un lado, y yo sintiéndome como si llevara encima (sobre mi espalda) un costal de 10 o 15 kilogramos. 

Los puentes quedaron atrás, y fui recuperando el optimismo, recordándome que estaba ahí para disfrutar el recorrido, y entonces, en eso me enfoqué, en pasarla bien.
Las manos de los niños saludando no las quise pasar por alto, pues además nos brindaban frases de aliento como: "Tú puedes", "No te rindas", etc. Algo que nunca he visto siquiera en el maratón de Mexicali o Tijuana y que aquí en Querétaro tendría el gusto de ver y oír en todo el camino de los 42 kms.


Camiseta verde les tocó a los runners de 10 kms.


Finalmente entramos al centro de la ciudad, la parte que me interesaba ver. Nos encontramos pisando los adoquines que adornan atractivamente la ciudad. De repente la arquitectura colonial me transportaba a otra época, parecía que alguna carreta jalada por caballos saldría por algún callejón, y me hubiera gustado oír el repiqueteo de los cascos sobre la dureza de las adoquinadas calles, que por cierto no fue nada sencillo "correrlas", ya que es un piso extremadamente duro, petreo e irregular, que bien puede uno tropezar si te descuidas tantito. Fue por aquí donde los 16 kms me hicieron pensar en que el cansancio que sentía era anormal en mi, que el maratón me iba a costar muchísimo, ah, pero lo terminaría costara lo que costara, de eso no tenía la menor duda.

Seguimos por calles de pavimento, paseando a un lado de un canal, uno extenso, muy bonito, muy cuidado, acicalado con puentecillos y algunas bancas, siempre bajo las sombras de árboles que no pude identificar, salvo alguno que otro álamo. Ese canal para nada olía mal, y a lo largo y a un lado de él, de ida y vuelta nos toparíamos con la mitad del trayecto. El km 21 me marcó 1:51 horas, muy lento, pero aún con esperanzas de hacer unas 4 horas en total.

Celebraba la mitad de aquel reto correspondiendo a las sonrisas y palabras de aliento de parte de los espectadores a pesar de estar subiendo; lo que no sabía es que habría una infinidad de cuestas más por delante.
Extrañé el llevar un suero como casi siempre lo hago en mis maratones, o que me lo entreguen en el km.28 como en San Diego. Muchas cosas que me funcionan no serían mis aliadas esta vez para ayudarme en mi rendimiento.

Fobia... ¡¡No los ví!!


A partir de entonces, cada kilómetro que me echaba al bolsillo, me auto-felicitaba para mis adentros, pensando en: "Así hazlo, uno a la vez... poco a poco caerán todos los kilómetros que faltan, pero concentrado en uno a la vez". 

Quería estar ya corriendo a un lado o debajo del famoso acueducto, pero por más que avanzaba, aquella legendaria construcción parecía una mentira trazada en el mapa del recorrido.

Por el km 26 entramos a un parque, uno que en efecto estaba señalado en el mapa que revisé un día antes. Fue bonito rodear un lago el cual tenía su propio dique, y por un camino de tierra, por el cual las piernas descansaban un poco de tanta calle rígida y ondulada. De pronto un malestar parecido a la molestia de la ciática me aturdía en la parte derecha de la cadera. Tuve que estirar dos veces, pues no me dejaba trotar cómodamente esa sensación.

Dimos una vuelta olímpica a una pista deportiva que está dentro de ese mismo parque, y justo después de hacerlo ya estábamos tomando las calles nuevamente. Para eso un señor joven se me había pegado, y me iba sacando mucha plática,  y en verdad que estaba interesante todo lo que me contaba, pero tanto a él como a mi nos costaba mantener el paso y hablar, y eso que el venía de la ciudad de México, de mayor altura y yo pues... de casi del nivel del mar. Aproveché para entrar rápidamente a un baño de una gasolinera; así me despedí de ese joven. Perdí un poco mas de un minuto, pero algo que no olvido es que en el sanitario había un espejo, y al verme en él, vi a un corredor sonriente, sí, pero bañado en sudor completamente... nuevamente pensé, "esto no es normal en mi ¿o sí?".



Aunque había amanecido muy fresco el clima, ya hacía calor, pues eran como las 10:30 de la mañana y llegaría como a las 12 al famoso estadio de futbol. Me dí un máximo de 4:20 horas para llegar a la meta... así mejor, relajadito era como me convenía irme y para poder disfrutar el recorrido.
Lo bueno es que habían muchos árboles, y siempre procuré "irme por la sombrita". Tomé un gel, el cual me aportaba también algo de cafeína, aunque éste estimulante suele calentar el cuerpo, es decir, que quizás era contraproducente tomarlo, pero pues requería de energía para completar ese reto... kilómetro 32,  ¡vamos, uno a la vez!

Algo que tuve que hacer infinidad de veces, fue el quitarme la sweat band del brazo y exprimirlo, para por lo menos seguirlo usando húmedo y no empapado. ¿Debí usar gorra? creo que no, pues igual hubiese quedado bien mojada en pocos kilómetros. Otra cosa, que de tanto tallarme la frente al intentar secarme, me estaba lijando la piel... no lo sabía en ese momento pero los días siguientes tendría la frente como si me hubiera quemado feamente por el sol, pero no fue por el sol, fue por tantos restregones, o bueno, la combinación de ambas cosas.

Caminé por un buen tramo... no entrené para caminar en un maratón, pero resultó que por primera vez en mi vida me iban sangrando un poco los pezones, noooo! lo que me faltaba. Era natural, con tanto sudar la poca vaselina que me había puesto para prevenir este tipo de molestias se había desvanecido. Lo que hice fue meter las manos por dentro de la camiseta a la altura del pecho para que no rozara más la tela sobre la piel... funcionaba, pero era incómodo trotar así; al sacar las manos el ardor volvía y no quería de ninguna manera que aquello llegara a manchas de sangre. Volví a meter las manos, ya qué!
Una guapa muchacha en la banqueta me vio con la manos ahí metidas y creo que entendió lo que me pasaba; ella reprimió una sonrisa y pude leer en su mirada que se compadecía de mi.




Un ciclista creo que me vio muy mal, o pensó que tenía problemas de falta de energía que me obsequió una pequeña soda en lata, la cual al principio sentí como una bomba en el estómago, pero al poco rato me ayudaría a correr, sí a correr y no sólo trotar por unos dos kilómetros. Muchas gracias a ese gran ser humano que ayuda a otros de manera incondicional, sin conocerlo a uno, sin esperar nada a cambio que no sea un simple "gracias".

Como al km 36 la camiseta ya estaba casi seca, en parte a que la temperatura seguía en ascenso. Ya no tuve más la molestia de los "pezones de corredor".
No muy a lo lejos, un espejismo,... ¿el acueducto estaba ahí o era real? No era espejismo, ahora sí estaba por trotar a un lado de ese imponente monumento histórico, erigido en el siglo XVIII, cuya longitud alcanza los 1300 metros. Lástima que no llevaba cámara para tomarme fotos, digo, ya que iba tan despacio, de haberlo sabido como me iba a sentir, una camarita hubiera sido el mejor gadget estando en una ciudad tan atractivamente colonial como ésa.

Por el km. 40 íbamos en subida, ya faltaba muy poco. La rodilla no había dado lata, aunque influyó en mi decisión de irme más lento que como de costumbre.
Enseguida me surgió otra novedad, una molestia que se había estado acrecentando cada vez más en el km 39, me tomó por sorpresa su intensidad, una especie de calambre me quería dar en un antebrazo, el derecho. Uno pensaría que corriendo solamente dan calambres en las piernas, por lógica, pero este malestar, que en otros maratones ya se había asomado, dándome ligeras sensaciones de dolor, ahora, esto se había intensificado como nunca, sólo que tuve algo de suerte, pues ahí estaban los paramédicos en una esquina para apoyar. Me acerqué y pregunté que si podían ponerme en el brazo del spray que rocían para calambres y dolores, a lo cual respondieron afirmativamente; les comenté en tono de broma: "ah, ¿pero no me van a descalificar por ponerme, verdad? ya que así le hacen en Mexicali, ─ ¡No, claro que no (sonrieron), aquí no hacemos eso! ─contestó el joven que me aplicó el spray. Como magia, poco a poco se fue esfumando ese inesperado dolor.

Una medalla como ésta nos esperaba al concluir el reto.


Subiendo por la calle donde comenzamos, a un lado del hotel donde nos hospedamos, tenía más ganas de parar y de llegar al hotel a descansar, que de continuar.
¡Vaya ruta! tan llena de cuestas y de pilón, subir y subir para llegar al estadio Corregidora. Caminé unos cien metros en la cuestita final, con algo de pena pues había mucho público enfiestado, repartiendo palabras de ánimo por doquier, pero seguí, motivado con la feliz idea de que en unos 500 metros me toparía con la meta.

Escurridiza meta, como pocas veces, no aparecía o yo iba tan lento, creyendo que corría. Una vez adentro, el suelo parecía de foam, los pies se hundían un poco y no avanzaba como quería, ¿a quién se le ocurrió cubrir con eso el tartán? No crean que le di mucha importancia a eso, solo corrí y corrí hasta cruzar el arco, hasta pisar el último tapete electrónico, hasta detener mi cronómetro, que extrañamente me puso contento pese a ser en mi haber el maratón más lento que jamás haya hecho:   4:17:23 horas en total.

Caminé tras recuperar el aliento, subiendo los estrados junto a corredores que avanzaban lentísimo, porque tenía prisa por encontrarme con Lucy, pero para esa hora ella ya iba de regreso al hotel o sí estuvo ahí cuando llegué no me vio por tanta gente que se iba reuniendo.

Me dieron mi medalla de finalista... luego fui por una camiseta extra de finalista que habían prometido darnos también, pero ya no había de mi medida; acepté otra talla. Luego pedí indicaciones de la salida y del guardarropa, pero nadie (del staff) sabía nada.
Buscando la salida me topé con los que entregaban la cerveza, pero a diferencia de otros maratones del rock 'n roll, aquí nos dieron la lata al tiempo, sí, arrancádola del six, a temperatura ambiente pues estaban ahí asoleándose... bueno, ¡ya qué! Me la llevé conmigo, que en el cuarto de hotel le pondría hielo y seguramente sabría buena.



Mis piernas dolían de cansancio. Lo acepto, la altitud de la ciudad si me afectó en mi rendimiento, sin embargo, dentro de lo que cabe el esfuerzo que realicé, siento que sí disfruté del recorrido, que al fin de cuentas, si no lo hiciera, nada de esto valdría la pena. Pero, ¿volvería a correrlo? No.

No lo correría a menos que lo dejen como estaba antes, para conocer la verdadera esencia del maratón de esta preciosa ciudad del cual su gente se siente muy orgullosa, y no hablo únicamente de la ciudad sino orgullo también por su maratón.

En pocas horas, las quejas de los Queretenses en el facebook del maratón eran tremendamente negativas hacia los organizadores foráneos del Rock 'n roll; la gente pedía que se fueran y les dejaran hacer el maratón que ya tenían, que la ruta era malísima, llena de cuestas y poco atractiva, que revolvieron distancias y el maratón se vio muy deslucido, que la expo fue un desastre, etc. Sólo por mencionar unos cuantos aspectos. 

No cabe duda que en la búsqueda de un maratón distinto, te puedes llevar muchas sorpresas. Pasaremos por muchas cosas agradables y también por algunos sustos, pero esa noche dije: "¿Y si en diciembre voy a Mazatlán y corro el maratón Pacífico? ... ¡ Es que uno no tiene remedio!









13 comentarios:

  1. Hey, yo también es mi ritual el tomar café antes de alguna carrera, y prefiero los Gu con cafeína a pesar de lo que mencionas. A mí no me gusta la idea de que mezclen las distancias, siento que no se valora el evento del maratón, pero pues así las cosas. Varios han comentado sobre la mala organización del RockNRoll y eso que no es nada barato pero no sabía que aparte había quejas de corredores por la ruta.

    Jeje, siempre queda Berlín, Londres, Madrid para otros maratones ¿no?

    Ya esperaba tu relato de Querétaro Héctor, gracias.

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    1. Hola Gabo! Esos usé, los Gu, siempre llevo uno con y uno sin cafeína, tomo dos para maratón.
      En verdad eso de mezclar distancias me parece una mala idea donde quiera que lo hagan, pero ya ves, sean o no eventos del Rock 'n roll les encanta hacer esto para garantizar que se vendan muchos lugares y se llenen las calles y en base a esto mencionar después que fue un gran éxito.

      Sólo sé que éste maratón era mejor antes en todo, por lo que leí de la misma gente que se quejaba, y el "No vuelvan" fue el mensaje casi unánime más repetido al leer las quejas de la gente, por algo ha de ser.

      Oye, me mandaste a Europa! jejeje, bueno fuera amigo, bueno sería; tengo como unos 15 maratones en mente que me encantaría correr y que son europeos, pero pues si bien me va en la vida correré unos dos o tres de esos 15.

      Gracias a ti Gabo, por pasar por aquí! Me disculpo por la tardanza en publicar. Nos vemos en las carreras!

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    2. Hola amigo Hector. Pues nos fue mal con la famosa Ciatica. el sabado amaneci Muy pero muy mal y se los comente a Zuluz Isa Pao Leslie Y a Adan se me adormecio hasta la planta del pie, pero gracias a la tegnologia se lo comente por mensaje a mi gran amiga Claudia Soto. Haha para esto Yo ya estaba a punto de dormirme, me dio el nimbre de un medicamento y me mando a comprarlo, me levante me vesti y fui a la farmancia a comprarlo de inmediato llegando me lo tome y me dormi, para mi sorpresa amaneci sin dolor, y lo mismo que a Ti me paso, deseaba mi café. Yo disfrute el recorrido critando dandoles las gracias a los niños adultos por estar ahí apoyandonos estirando sus brazos guauuuuuuu, Hice fiesta en todo el recorrido, pero sobre todo hasta los 21 km donde estuvimos juntas Leslie y Yo tomandonos fotos. Yo contando los puentes, dandoles animos a quien ya caminaba, no conocí la ruta de antes pero esta me gusto mucho, ya que la mire muy bonita. Al igual que a Ti me dieron pequeños calambres ya para llegar solo me faltaban 5 km y para rematar a los 3 km que ya casi no era nada, sali al baño. sin comentar mas. Querétaro me encanto, su gente sus calles, la paz y tranquilidad que hay. (Volveria para correr un Maratón) No lo se pero para pasearme Si.

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    3. Ninfa, como me hubiese encantado hasta donde estaba oír tus gritos de euforia, hubiera pensado: "No la veo, pero sé que por ahí viene ninfa, ese grito sólo puede ser de ella".

      Qué bonito es esto, que a pesar de que siempre nos duele algo, o nos pasa algo, ahí vamos de nuevo a aventurarnos en esta distancia. Qué bueno que Claudia te recomendó esa medicina para la ciática. No te fue tan mal, llegaste apenas 11 minutos después de mi... Super Ninfa eres! Querétaro es tan bonito que merece la pena volver, como dices, por lo menos a pasear.

      Gracias!

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  2. Estaba esperando tu reseña, pero no quise presionar porque al menos a mi me toma mucho tiempo hacerla. Incluso ayer entre a tu blog creyendo no habia visto la publicacion... veo que nos fue muy parecido y con mismos sintomas, solo que tu alcanzaste a disfrutarlo y yo no.. pues vamos en busqueda de mas, al fin de cuentas todas las experiencias cuentan.. saludos!
    Isabel Mata

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    1. Isabel, presióname para la otra, jajaja, es que estaba con desidia, la vocecita negativa me decía: "Ya no escribas, no tiene caso, no te leen, no te escriben", pero ganó la voz de un amigo que me elevó los ánimos al escribirme para decirme que estaba esperando mi reseña, y en parte era desidia porque también me lleva muchas horas el poder escribir y editar cuando se trata de maratones, así como te pasa a ti.

      Como les dije afuera del estadio Corregidora, ustedes me pasaron a un lado por el km 36, no muy cerca y por eso no me oyeron cuando les hablé, me di cuenta que iban muy concentrados, según yo los alcanzaría, pero eso nunca sucedió por mis altibajos y ustedes no aflojaron el ritmo. Excelente que se acompañaron de principio a fin, en parte esa fue la clave para que lograran motivarse y llegar en menos de cuatro horas. Los veo haciendo en Mexicali 3:40 o menos, andan fuertes!

      ¡Gracias Isabel!

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    2. Sabes, me gusta escribir y compartir mis carreras, pero también escribo para mi, resulta que tengo "memoria volátil" jajaja y rápidamente olvido los detalles, llega una nueva carrera y la anterior la dejo empolvar así que ese es otro de los motivos que he estado escribiendo las reseñas. Se agradecen los comentarios pero si no tuviera ninguno creo seguiría escribiendo para cuando este ruquis volver a leer y recordar, así que tu también sigue escribiendo tengas o no seguidores, son tus experiencias. Saludos!

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    3. Muy bien Isa, es que al escribir tus experiencias, con detalles (al menos los más importantes y destacados para ti) servirán para que no olvides la vivencia, y con los años puedas revivir emocionalmente lo que hiciste con sólo leerte a ti misma.

      Gracias Isabel, la retroalimentación es muy interesante y a uno lo motiva, sin embargo, cuando ya te gusta escribir creo que ya no lo dejas. Saludos!

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  3. Amigo Hector Buelna, creo que te afecto todo, ya ibas mal y la altura fue peor. Te mando un fuerte abrazo.
    Y en verdad cuando digo disfruta km a km así debe ser, no se trata de ganarle al tiempo, no amigo, el hecho de estar ahí y poder hacer un maratón ya es una gran satisfacción.

    Felicidades grandísimo Héctor, jamás te rendiste champion, y un buuuuf para la pésima organización. Que vengan más kms de felicidad. Nos vemos en la que sigue.

    Claudia Soto

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  4. Gracias por compartir Héctor, ya estaba esperando tu experiencia en esta ruta. Como te decía hace poco, tu blog ha sido gran motivación para intentar avanzar en esto del atletismo, siempre compitiendo conmigo, aquí siempre aprendo algo.

    Es evidente que no estás del todo satisfecho con esta experiencia pero nunca te rindes! y para algunos de nosotros este tiempo sería una gran victoria, yo te felicito. Creo que en la siguiente oportunidad vas a romper tu marca.

    Saludos!

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    1. Eso espero, amigo, ya tengo tiempo tratando de bajar mi marca en maratón y por diversas razones no se me dá. Con respecto a Querétaro, una vez que caí en cuenta que me había inscrito a un maratón con buena altura, ya no tuve expectativas altas de que podría rendir y mejorar mi marca personal, fue entonces que me mentalicé para mejor tratar de disfrutarlo como me fuera posible.

      César te agradezco mucho el apoyo, espero seguir con el blog mientras haya algo nuevo que compartir, aunque ya no sea tan seguido como antes.

      Saludos, amigo!

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  5. Bien hector !!!!' Compañero de locuras !!!!
    Atte
    MERRY LÓPEZ

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    1. Amigo Merry, ¡qué sorpresa saber de ti!... escríbeme más seguido o pásame tu teléfono para llamarte de vez en cuando. Cuando en corrí en Querétaro me acordé mucho de ti, por tu relato de aquel medio maratón de "Vine de lejos y no voy a salirme".

      Hasta luego Ramón!

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