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lunes, 8 de septiembre de 2014

Voy forjando su estampa

Miré una de mis piernas y pensé en su forma, miré la otra y pensé en moldearla.

Tomé un par de tenis y a la primera luz del alba salí determinado a enfrentar la despiadada y elevada temperatura que suponía me iba a tocar.

Pero no era solo correr por correr, ya que en cada paso buscaba mantener el ritmo objetivo, si, el paso con el que deseaba comenzar y de ser posible terminar llegado el tan esperado gran día.

Quiero treinta kilómetros, tan solo por esta ocasión, he de completar la distancia.

Y el calor es solo un obstáculo mas, no obstante, este y otros iré sorteando, no importa lo que sude, estoy puliendo su figura, estoy sintiendo su peso, se que lo voy a lograr.

Al pasar bajo ellos, los árboles de eucalipto, me regalaron de sus frescas sombras instantes de placentero descanso. Y sin detenerme ya comenzaba a devorar una vuelta mas, ya que cada vez que concluía una, era como una especie de mini-meta cumplida, y convencido de querer y poder, me lanzaba por otra mas.

 Y voy retocando su forma, estoy sintiendo su peso, se que lo voy a lograr.





Con la salida del sol, ya había gente a mi alrededor, unos caminaban, otros trotaban y unos pocos iban algo mas rápido que yo.

Veinte kilómetros mas, vine por ellos y en mis piernas me los pienso llevar.

Voy deseando que llueva, un pronóstico que las nubes se resisten a cumplir, pero que mas da si el día brilla o si el cielo se torna gris, si lo relevante es que voy proyectando en mi mente su posible forma, su diseño y su color.

Y voy fraguando su imagen, estoy sintiendo su peso, se que lo voy a lograr.

Algunos corredores ya no están, consumaron su kilometraje y se marcharon ya, otros que llegaron después de mi continúan en su esfuerzo, y me motiva el percatarme que no se quieren rendir, que van por una vuelta mas. Yo que voy por cuatro mas, envalentonado y alborozado, a los últimos diez kilómetros comienzo a desafiar.

Y voy labrando para que produzca su forma, su peso he de tentar, se que lo voy a lograr.

Continuamente llevo música por dentro, mi mente no deja de trabajar, repasando melodías me entretengo y de improviso me he enterado que otro circuito pude terminar. 


Mi respiración no deja de estar agitada y mis pisadas que los metros no cesan de sumar; me siento adicto a escucharlas, es quizás por eso, que siempre quiero mas. 
Sin embargo, escucho a los patos en el lago, a algunas aves que les da por revolotear, y a un fuerte viento que llega meciendo las ramas de los árboles; es la naturaleza quien canta, como cuando troto a la orilla del mar, y entonces ahora comprendo, que mejor canción para correr no pude encontrar.

Y voy moldeando su forma, estoy imaginando su peso, se que lo voy a lograr.

Hay gente que me mira como si estuviera loco, tal vez se preguntan: ¿por que éste sigue, si la mayoría se ha ido ya?, ignorando mis metas personales, tan solo fabrico mi sueño mas reciente, uno que quiero alcanzar.

Solo es un entrenamiento, pues el reto 26.2 millas será. Por eso este y los anteriores pasos me han llevado a pulirla, asimismo los entrenamientos que aun vendrán, pues hace falta un poco mas, mas decidido y con placer lo haré poco a poco realidad.

Y voy forjando su estampa, estoy palpando su peso, de esa medalla que ha de ser mía... se que la voy a conquistar.



Héctor Buelna M.









2 comentarios:

  1. Muy buena redacción, hasta parece que estoy ahí y soy yo él que lleva la música y la adrenalina. Gracias, estimado Héctor por compartir esta experiencia.

    LE

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  2. Es un tema que me inspiró un entrenamiento de distancia que hice como preparación al maratón de Chicago, y es que solo entrenando fuerte se consiguen las metas, los sueños y la medalla en éste caso.
    Sr. Leopoldo, me da mucho gusto que por fin este tema tenga un comentario, ¡gracias por ser Usted!

    H. Buelna

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