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jueves, 15 de diciembre de 2016

8 piernas contra 2 ─Sobre el caso de Ana Guevara─


En mis inicios como corredor aficionado, puedo comentar que me entusiasmé aquella vez al ver a los marchistas mexicanos obtener medallas olímpicas, como aquella ocasión en que Carlos Mercenario ganó una plata (Barcelona 1992) y tanto me inspiró que a la mañana siguiente madrugué, y a oscuras, bajo un cielo estrellado me puse a correr por la colonia donde vivía.

Pero no me enganché en ese entonces, sino que me volví un corredor constante (uno no se da cuenta cuando sucede realmente), cuando fue la era de la más grande atleta y campeona no solo nacional sino mundial, por supuesto hablo de Ana Gabriela Guevara. Me tocó secarme las lágrimas de emoción y alegría varias veces al verla ganar sus carreras. Eran 400 metros de suspenso, y en menos de un minuto me alteraba emocionalmente, al menos admito que el corazón se me aceleraba a la par que ella apresuraba el ritmo en sus piernas... y por fin volvían el alivio y el júbilo al verla ganar una vez más.

Verla correr era en verdad inspirador, y como principiante que era yo en ese entonces, no pude mas que motivarme y echarle más ganas a mis propias carreras que hacía, ya fueran para bajar de peso, para llegar más lejos o para tomar mayor velocidad. Hasta hablábamos de ella mi amigo y yo mientras realizábamos los trotes. Nos sentíamos verdaderamente orgullosos por ser representados deportivamente por ella ante el mundo.

¡Qué irónico lo que acaba de suceder! La lamentable paliza que cuatro cobardes le propinaron, dándole de puñetazos y patadas una vez que bajaron de su camioneta y la tumbaron de su motocicleta... ¡¡Cuatro!!  ¡¡A una mujer!!.  Y, ¿cuántas veces no lo harán a gente que no se atreve a denunciarlos? A gente que nada les ha hecho en la vida. No es difícil imaginar que lo hagan hasta con los miembros de sus propias familias. 

─Y digo que qué irónico, pues mientras estas personas despreciables usaron sus piernas para golpearla, ella usó sus piernas para poner el nombre de México muy en alto; ese par de piernas que fueron el vehículo que con determinación y garra nos  hicieron partícipes de sus momentos gloriosos, en sus incontables triunfos por el mundo.



Duele ver que esto suceda, que la delincuencia y la violencia sigan en progresivo avance. Duele ver, no solamente que se lo hagan a ella, sino a cualquier otra persona, sin importar el género, edad o raza, puesto que todos somos seres humanos. En esencia, todos estamos hechos de lo mismo, pero es triste ver ese grado de insensibilidad cuando uno quisiera que las cosas terribles como esas (intolerancia, violencia, inseguridad, etc.) disminuyeran en vez de notar como aumentan.

Esperamos que reciban su merecido castigo ese cuarteto de cobardes y parásitos de la sociedad... y da tal coraje e impotencia el oír en las noticias a la senadora Ana Guevara al hacer su declaración de los hechos, que sólo se me ocurrió pensar en ese momento: ¿Por qué no se dan de patadas entre ellos mismos hasta cansarse y nos libran de sus estupideces?  (haciendo referencia a una frase de J.R. Tolkien).

Mientras tanto, en las redes sociales los comentarios negativos hacia ella por gente que nunca fueron sus seguidores (que no hace falta serlo), que ni valoran el hermoso esfuerzo deportivo por elevar la bandera mexicana infinidad de veces, que ni comprenden todo lo que luchó para llegar hasta donde actualmente se encuentra... es gente que si no apoya, por lo menos deberían de quedarse calladitos, para observar y aprender, pero noooo!, les encanta hablar y hacer derroche de sus carencias de valores cívicos. Gente misógina, retrógrada, perjuiciosa, ociosa, burlona, bully seguramente en sus vidas cotidianas, son los que demuestran tristemente la decandencia de los buenos valores de nuestra sociedad. 

¿Cómo se pueden burlar del dolor ajeno?  Ésto es tan sólo una cuestión de humanidad. ¿Dónde queda pues, la sensibilidad del individuo?  ¿Acaso se vino al mundo desprovisto de alma y corazón?

Mero intento de desahogo este ejercicio de escritura, y espero no ofender a nadie.

─Hace cinco años escribí sobre Ana Gabriela Guevara en este blog, les comparto de nuevo ese tema, donde se incluye una recopilación de sus logros y algunos de sus mejores carreras en video.

http://correhectorcorre.blogspot.mx/search?q=Ella+es+Ana+Guevara








lunes, 28 de noviembre de 2016

La Venta de Medallas y otros temas




Venta de Medallas:

Ahora que se ha puesto de moda que algunos venden y compran (obvio que si hay oferta hay demanda) las medallas de las carreras del serial delegacional, me pregunto ¿cuál es el orgullo de mostrar una frase completa con medallas no ganadas?, y me disculpo por los que si las corrieron todas pero no alcanzaron esas medallas, ellos tal vez tengan algo de razón en querer comprarlas, pero los que no las corrieron todas y simplemente quieren presumir la frase completa para decir que todas se las ganaron... pues, !qué chafa!, diría al modo de uno de mis sobrinos. 😛

Por supuesto ya lograda la obtención de dichas medallas, cada quien puede hacer con ellas lo que quiera, sólo aprovecho mi blog para expresar mi punto de vista. Yo corrí tres de esas carreras, bueno, una fue por el medio maratón y las otras dos, simplemente porque me quedaban cerca del área donde vivo, que si no, ninguna hubiese corrido, siendo sincero. Dos de las medallas las regalé, y fue a personas que me consta que la corrieron, pero solamente porque no alcanzaron la deseada presea, y para mi fue un gusto enorme el poder dárselas a personas que la merecían por su gran esfuerzo. Pero bueno, uno no conoce la necesidad de las personas, tal vez si yo las tuviese todas y realmente necesitara dinero, ¿sería posible que también me diera por venderlas?... y solamente por ser de carreras "pequeñas", que jamás me desharía de las de maratón. Cada quien sabrá que valor le dan a su esfuerzo por conseguirlas.

─Por cierto, se ha anunciado justo este día la entrega de 500 medallas más de la letra P, para quienes puedan comprobar con las otras que se ganaron, que la medalla P es la que les falta para completar la colección. 😲


Maratón de Mexicali del 2015.  Foto: Yo también corro en Tijuana.



Maratón en Relevos:

Y hablando de maratón, ya viene el "Gobernador", que en caso de correrlo, lo haré por octava ocasión, bueno quizás deba decir por séptima ocasión al no haberlo concluído en el 2010. Lo que no me gusta actualmente, es la modalidad de relevos, pero no voy a ahondar en el tema, sin embargo, recuerdo como insistí a una amiga el año pasado para que lo corriera (a Emery) y al final, que pena con ella, que no alcanzó medalla. Eso está mal, pues deben de dar tantos lugares de inscripción como cantidad de medallas puedan entregar, ya que terminar el reto del maratón no es cualquier cosa... que no se las queden los del staff, ni nadie más! 
Ya me salí del tema... bueno, volviendo a lo de correr un maratón en relevos, que sepan los participantes que no serán maratonistas por hacerlo en 10 o 12 kms cada uno, y que no exigan medalla al llegar, o puede que por confusión, las chicas encargadas de entregarlas, al llegar les den a los que cierran el último relevo de maratón. Por dignidad y buena consciencia, no la acepten, que es aprovecharse de la confusión, no es que en verdad sean suyas... no me gustaría saber que como a mi amiga que no alcanzó en el 2015, le suceda lo mismo a otros. De acuerdo a la convocatoria, se entregarán únicamente camisetas a los que corran esta modalidad. Suerte!


Una de las mejores opciones para ganar fuerza muscular.


 Cerros y Montañas:

Y hablando de esta distancia, algunos corredores amateurs y principiantes todavía se confunden. Puedo decir que conozco a uno (cercano) que me pregunta: "¿No vas a ir al maratón de este fin de semana, es uno como de 5 kms?
Los corredores no nos cansaremos de aclarar como es el rollo con las distancias, sobre todo a quienes no corren y como tema de conversación en las fiestas o convivios nos hablan siempre de correr (porque desconocen nuestros hobbies u otros gustos), pero hay corredores novatos que parece que se les dificulta el retener la información de que 42.195 kms son un maratón, ni más, ni menos.

Y ya que menciono (aunque parezca criticón) cosas que se dicen bien y otras que se dicen mal, es bueno dejar por aquí la aclaración de que cerro y montaña no es lo mismo. He visto como se confunden y a la vez se propaga por desconocimiento, la idea de que ser corredor de montañas es lo mismo que corredor de cerros. Los hay ambos, pero hay que decirlo, la diferencia puede ser grande, pues radica principalmente en la elevación del terreno. Si no mide más de un kilómetro de altura, no es montaña, es cerro. 
Afortunados esos corredores que pueden darse el lujo de ir a entrenar sobre montañas... pero vaya! también somos muy afortunados los que podemos correr en los cerros. Cómo negar mi suerte de tener el cerro Colorado tan cerca!.., y, aunque me dí una caída inolvidable en mi primer experiencia, me encanta la idea de repetir los 25 kms de Baja Trail Runners, el cual será en marzo.

Dicho todo esto, más como un desahogo que con afán de criticar... 😊

Agradezco por visitar, por comentar y compartir!






martes, 15 de noviembre de 2016

Silver Strand Half Marathon 2016



Cosas que pasan: Después de cuatro años, por fin se me hizo volver a correr el Medio maratón del Silver Strand, el de Coronado a Imperial Beach. Aquella vez tuve récord personal con 1:34 horas, pero esta vez ni cerca estuve de repetirlo. Recuerdo como lo disfruté esa vez, clima perfecto, ruta fregona y gran ambiente.

Foto: Facebook del Half marathon Silver Strand

Entrené para correr debajito de 1:30 horas, y aunque manejé la carrera mentalmente empujándome a no ceder el ritmo, pues no, no se me hizo. Me presenté a correr con secuelas de una gripa que me gané por correr velocidad con vientos "santana" y sentí el cuerpo cortado en todo momento... las piernas no respondieron a mis exigencias, y para colmo la ciática se sumó a las molestias. El clima no ayudaba mucho, estaba seco y cálido en pleno 13 de noviembre, y el agua que dieron fue muy poca.

Se supone que dieron un energy drink (así lo voceaban), pero al beber lo poco del contenido del vasito, este sabía a pura agua con ligero sabor dulce, es decir, estaba bastante rebajada la prometida bebida energética.

Así amaneció esa mañana. La carrera comenzaría a las 7:30 a.m.

Por mi parte, todo lo que consumí (antes y durante) como suplemento energético parecía simple placebo. En casa, al levantarme me bebí mi café con un toque de canela. Al poco rato tomé un vaso de licuado de espinaca con jugo de naranja, más una galleta energy bar de Cliff y pues lo que menos me esperaba es que me fuera a faltar energía al correr.

El primer 5 mil era un mal presagio, apenas arriba de 21 minutos, cuando acostumbro a correr el primer 5k en un medio, entre 20 y 20:30', y eso que se comienza de bajadita en la ruta que arranca de la Isla Coronado.




Para el 10k quería hacer 41:40 aproximadamente, sin embargo llegué en un poco más de 44 minutos. De plano tuve que dar por perdida una nueva marca personal. Los 15 kms?? Aquí hasta ganas tuve de caminar, que no lo hice, pero el extraño agotamiento me hizo bajar el ritmo considerablemente. Con que llegase debajo de 1:40 sería para mi una marca decente, que fuera de acuerdo a mis entrenos y a mis marcas en los "medios" que he corrido en los últimos años.



Fue agradable ver a chicos del club de Potros de Rosarito que iban tres de ellos en el top 10, y uno de ellos fue tercero general. Germán Rodríguez hijo, nuestro fotógrafo estrella en Tijuana, venía no muy lejos, y pensaba que ojalá me alcanzara para acompañarnos juntos hasta la meta. En verdad que me da mucho gusto saber que este chico corre medios maratones aparte de ser tan profesional en su trabajo de tomarnos fotos a los corredores; es otra faceta de él que tal vez muchos ignoran... que también corre.


Llegué muy deshidratado a la meta. Me marcó el Gps casi 200 metros de más, lo cual aclaraba el porqué mi ritmo no me había hecho llegar en 1:39' horas como creí que sucedería.
Mi lugar de llegada fue el 93... Híjole! Comencé entre los primeros 30 y poco a poco, unas 60 personas me fueron pasando (y de ambos sexos). Hasta en mis planes había estado el dar batalla en mi categoría, y posiblemente pude alcanzar el tercer lugar, ya que la persona que obtuvo ese puesto hizo casi 1:35 horas y mi récord personal es 1:31'... en fin, ironías de la vida.

Por lo menos corrí como si tuviera nueve años menos de edad (ja,ja,ja), pues hice un tiempo similar a un medio maratón del 2007... pero, ¡volveré y me desquitaré, condenado Silver Strand! Oloverás, como decía mi abuelita Francisca.


Imagen: Lucy Domínguez









jueves, 20 de octubre de 2016

7 formas para recuperarte rápidamente


¿Cómo recuperarte después de una fuerte carrera?

En el mundo del running, hay quien corre con intensidad una distancia larga (carreras de fondo) y tras cruzar la meta se detiene en seco, da unos pasos, colecta la merecida medalla, la camiseta conmemorativa, la bebida deportiva, etc. para enseguida retirarse a descansar sentándose en algún rincón o bajo la sombra de un árbol. Pero, ¿qué es lo que en realidad necesitan nuestras piernas después de ese gran esfuerzo realizado? Y  ¿cómo prevenir o minimizar las dolencias los siguientes días?



Recomendaciones para una pronta recuperación:

1- Camina o trota después de llegar a la meta:  Imita a los profesionales, ellos cruzan la meta y al poco rato ya se les ve trotando tranquilamente uno o dos kilómetros, ya que pese al cansancio, saben que al hacerlo están acelerando el proceso de recuperación del cuerpo, además de comenzar a remover el ácido láctico de los músculos, y de ese modo no estarán tan adoloridos al siguiente día, y pronto regresaran a sus fuertes entrenamientos. 

2- Trota al siguiente día: Si acaso no pudiste trotar o caminar después de cruzar la meta (o por olvido), lo puedes hacer al siguiente día; a veces basta con un par de kilómetros. Sentirás tus piernas resentidas por la reciente carrera en que participaste, pero al día siguiente notarás notables mejorías con solo caminar. Puedes trotar un día si y uno no mientras te recuperas, y a la vez puedes ir aumentando la velocidad poco a poco.

3- Hielo o agua fría:  Si sientes muy doloridas las pantorrillas, cadera o cuádriceps, puedes usar compresas de hielo para desinflamar esas zonas musculares; o bien, si tienes manera de darte una baño con agua muy fría (de la cadera para abajo o solamente las piernas) también te será de mucha utilidad. Si es muy fría, alterna segundos entre una pierna y la otra.

4- Estira:  Una vez que cruzaste la meta (y después de un trote leve) dedica al menos unos diez minutos a realizar estiramientos estáticos, y si combinas un poco con los dinámicos, mucho mejor, así irás regresando a la normalidad el rango de movilidad de tus piernas. A veces hasta platicando con los amigos pueden realizar juntos los estiramientos.




5- Masaje:  Si tienes masajista de cabecera, solicita su servicio;  si no es el caso, tal vez un familiar o tu pareja te lo pueda proporcionar, o en último de los casos, tú mismo te puedes dar un leve masaje (siempre algo es mejor que nada). Te ayudará mucho para recuperarte e ir disipando esas ligeras molestias en las piernas o como comúnmente se le llama entre corredores: “quitar el golpeteo”.

6- Alimenta tus músculos:  Sólo tú sabes el gran esfuerzo que te costó terminar esa carrera de 10 kilómetros, ese pesado medio maratón o ese agotador maratón que parecía interminable, así que date el lujo de comer bien, pensando en la recuperación; come de preferencia lo que sea de rápida absorción y digestión, lo que te proporcione proteínas y carbohidratos, como puede ser: pescado, que te aporta proteína, minerales y vitaminas, así como frutas, o bien una comida formal que contenga verduras y granos enteros (como arroz, maíz, trigo, etc.).

7- Siesta:  Después de la carrera, al paso de algunas horas es normal que el cansancio te haya provocado cierta somnolencia, si este es el caso, date el permiso de tomar una reparadora siesta, que bien puede ser de 20 minutos, media hora o hasta una hora completa. Siempre una siesta acelera la recuperación, y con una mente relajada regresarás más rápidamente a tus actividades habituales.

Entonces, no necesitas esperar semanas o un mes para recuperarte y volver a correr, si sigues éstos consejos podrás estar en las carreras casi cada fin de semana pero sin molestias o lesiones.

¡No dejes de moverte! Que si lo practicas con moderación:  “Correr es una verdadera fuente de Salud”. 





viernes, 14 de octubre de 2016

Maratón Querétaro 2016

16 kilómetros por fin, y pensé: "¡Apenas 16 y ya me siento muy cansado!... qué envidia de la buena me dan los de medio maratón, que solamente correrán 21 kilómetros".

El equipaje que me llevé a Querétaro, incluía cuerpo amarrado, quiero decir, lleno de nudos o nervios hechos bola, tensión desde la nuca hasta la espalda baja, la ciática, esa, milagrosamente no dolía, pero a cambio de eso, tres días antes me salió una dolencia nueva en los meniscos de una rodilla, la cual de repente me dolía con sólo caminar, ¿así cómo iba a correr el maratón el domingo 2 de octubre? Lucy me tuvo que sobar las dos noches previas, le dije cómo lo hace la señora que me da mis masajes, y al parecer ayudó "algo", aminoró el malestar... y es que la señora Mary, quien es mi masajista desde hace más de cuatro años, por vez primera no estuvo disponible por enfermedad. Pues ni hablar, me mentalicé de sacar el maratón como pudiera, como me sintiera, que aquel viaje en realidad eran nuestras vacaciones y el maratón era lo de menos.



Aquella madrugada me escapé a oscuras del hotel, tomando camino hacia un Oxxo que estaba a tres cuadras. Con sólo caminar, me sugestionaba que pudiera doler la rodilla y oh sorpresa, que llego y la tienda estaba cerrada, a pesar de anunciar que se abría a las 6:00 a.m. Sería la primera vez que correría un maratón sin tomarme un café, el cual en lo personal siento que siempre me ayuda un poco, sobre todo a comenzar muy despiertito y con energía los primeros metros de una carrera. Y no, no había otra tienda por ahí cerca, y en la habitación del hotel solo teníamos la versión descafeinada para preparar.

Muy tarde dio inicio el maratón, a las 7:45 a.m. pudiendo haber comenzado desde la siete, pero no se programó así. Ahí arrancamos, un tanto revueltos con medio maratonistas y algunos despistados de 10 kilómetros que no salieron a tiempo... por cierto, que mal que revuelvan tantas distancias ¿Por qué no dejar esa carrera de 10k para el sábado (un día antes) tal como hicieron con el 5k?




A nuestras espaldas, a unos 800 metros, estaba el Estadio Corregidora, en el cual encontraríamos la meta al regresar, por lo cual se vislumbraba una llegada agotadora, pues el estadio se encuentra en un punto alto y nosotros comenzamos con bajadas.

Iba tranquilo, con temor a que doliera algo, y por la altura de la ciudad, que con sólo recordar lo mal que me sentí en la Ciudad de México, no quise acelerar mucho. Las camisetas rosas dominaron las calles muy rápidamente, mismas que me hicieron pensar en la reciente y desorganizada expo, que para ser del Rock and roll, no dieron siquiera las muestras de productos como acostumbran, no, aquí todo se vendía, era más bien un tianguis. Para que nos dieran el número (bib) hubo que subir escalones en aquel recinto, para que luego nos regresaran abajo, para que llenáramos y firmáramos un formulario y regresar con él, hacer cola de nuevo y que nos dieran por fin el dichoso número... de ahí a buscar donde dieran la camiseta, porque las indicaciones no estaban muy claras que digamos.

Cinco kilómetros apenas arriba de 25 minutos y de bajadita alternando con calles planas, eso significaba que me iba a costar mucho trabajo completar todo el recorrido. Ya iba bastante sudado. Mantener un ritmo arriba de 5:00' por km me costaba mucho esfuerzo, sin duda la altura de 1800 metros sobre el nivel del mar, en mi caso si estaba pegándome. 

Algo curioso, que aproximadamente cada 200 metros me tenía que secar el sudor de la frente, pues me escurría con aquella facilidad, como si me exprimieran la mollera, y así lo haría por todo el recorrido.



Subimos un par de puentes en aquella larguísima recta, los cuales nos esperarían de regreso para vernos pasar de nuevo.

Diez kilómetros en 50 minutos no estaban mal si lograba mantener ese paso por mucho tiempo, pero, la cosa es que meter ese tiempo me costó mucho. Veía un poco frustrado como mucha gente iba fresquecita, como muchas muchachas que sin mayor problema me pasaban por un lado, y yo sintiéndome como si llevara encima (sobre mi espalda) un costal de 10 o 15 kilogramos. 

Los puentes quedaron atrás, y fui recuperando el optimismo, recordándome que estaba ahí para disfrutar el recorrido, y entonces, en eso me enfoqué, en pasarla bien.
Las manos de los niños saludando no las quise pasar por alto, pues además nos brindaban frases de aliento como: "Tú puedes", "No te rindas", etc. Algo que nunca he visto siquiera en el maratón de Mexicali o Tijuana y que aquí en Querétaro tendría el gusto de ver y oír en todo el camino de los 42 kms.


Camiseta verde les tocó a los runners de 10 kms.


Finalmente entramos al centro de la ciudad, la parte que me interesaba ver. Nos encontramos pisando los adoquines que adornan atractivamente la ciudad. De repente la arquitectura colonial me transportaba a otra época, parecía que alguna carreta jalada por caballos saldría por algún callejón, y me hubiera gustado oír el repiqueteo de los cascos sobre la dureza de las adoquinadas calles, que por cierto no fue nada sencillo "correrlas", ya que es un piso extremadamente duro, petreo e irregular, que bien puede uno tropezar si te descuidas tantito. Fue por aquí donde los 16 kms me hicieron pensar en que el cansancio que sentía era anormal en mi, que el maratón me iba a costar muchísimo, ah, pero lo terminaría costara lo que costara, de eso no tenía la menor duda.

Seguimos por calles de pavimento, paseando a un lado de un canal, uno extenso, muy bonito, muy cuidado, acicalado con puentecillos y algunas bancas, siempre bajo las sombras de árboles que no pude identificar, salvo alguno que otro álamo. Ese canal para nada olía mal, y a lo largo y a un lado de él, de ida y vuelta nos toparíamos con la mitad del trayecto. El km 21 me marcó 1:51 horas, muy lento, pero aún con esperanzas de hacer unas 4 horas en total.

Celebraba la mitad de aquel reto correspondiendo a las sonrisas y palabras de aliento de parte de los espectadores a pesar de estar subiendo; lo que no sabía es que habría una infinidad de cuestas más por delante.
Extrañé el llevar un suero como casi siempre lo hago en mis maratones, o que me lo entreguen en el km.28 como en San Diego. Muchas cosas que me funcionan no serían mis aliadas esta vez para ayudarme en mi rendimiento.

Fobia... ¡¡No los ví!!


A partir de entonces, cada kilómetro que me echaba al bolsillo, me auto-felicitaba para mis adentros, pensando en: "Así hazlo, uno a la vez... poco a poco caerán todos los kilómetros que faltan, pero concentrado en uno a la vez". 

Quería estar ya corriendo a un lado o debajo del famoso acueducto, pero por más que avanzaba, aquella legendaria construcción parecía una mentira trazada en el mapa del recorrido.

Por el km 26 entramos a un parque, uno que en efecto estaba señalado en el mapa que revisé un día antes. Fue bonito rodear un lago el cual tenía su propio dique, y por un camino de tierra, por el cual las piernas descansaban un poco de tanta calle rígida y ondulada. De pronto un malestar parecido a la molestia de la ciática me aturdía en la parte derecha de la cadera. Tuve que estirar dos veces, pues no me dejaba trotar cómodamente esa sensación.

Dimos una vuelta olímpica a una pista deportiva que está dentro de ese mismo parque, y justo después de hacerlo ya estábamos tomando las calles nuevamente. Para eso un señor joven se me había pegado, y me iba sacando mucha plática,  y en verdad que estaba interesante todo lo que me contaba, pero tanto a él como a mi nos costaba mantener el paso y hablar, y eso que el venía de la ciudad de México, de mayor altura y yo pues... de casi del nivel del mar. Aproveché para entrar rápidamente a un baño de una gasolinera; así me despedí de ese joven. Perdí un poco mas de un minuto, pero algo que no olvido es que en el sanitario había un espejo, y al verme en él, vi a un corredor sonriente, sí, pero bañado en sudor completamente... nuevamente pensé, "esto no es normal en mi ¿o sí?".



Aunque había amanecido muy fresco el clima, ya hacía calor, pues eran como las 10:30 de la mañana y llegaría como a las 12 al famoso estadio de futbol. Me dí un máximo de 4:20 horas para llegar a la meta... así mejor, relajadito era como me convenía irme y para poder disfrutar el recorrido.
Lo bueno es que habían muchos árboles, y siempre procuré "irme por la sombrita". Tomé un gel, el cual me aportaba también algo de cafeína, aunque éste estimulante suele calentar el cuerpo, es decir, que quizás era contraproducente tomarlo, pero pues requería de energía para completar ese reto... kilómetro 32,  ¡vamos, uno a la vez!

Algo que tuve que hacer infinidad de veces, fue el quitarme la sweat band del brazo y exprimirlo, para por lo menos seguirlo usando húmedo y no empapado. ¿Debí usar gorra? creo que no, pues igual hubiese quedado bien mojada en pocos kilómetros. Otra cosa, que de tanto tallarme la frente al intentar secarme, me estaba lijando la piel... no lo sabía en ese momento pero los días siguientes tendría la frente como si me hubiera quemado feamente por el sol, pero no fue por el sol, fue por tantos restregones, o bueno, la combinación de ambas cosas.

Caminé por un buen tramo... no entrené para caminar en un maratón, pero resultó que por primera vez en mi vida me iban sangrando un poco los pezones, noooo! lo que me faltaba. Era natural, con tanto sudar la poca vaselina que me había puesto para prevenir este tipo de molestias se había desvanecido. Lo que hice fue meter las manos por dentro de la camiseta a la altura del pecho para que no rozara más la tela sobre la piel... funcionaba, pero era incómodo trotar así; al sacar las manos el ardor volvía y no quería de ninguna manera que aquello llegara a manchas de sangre. Volví a meter las manos, ya qué!
Una guapa muchacha en la banqueta me vio con la manos ahí metidas y creo que entendió lo que me pasaba; ella reprimió una sonrisa y pude leer en su mirada que se compadecía de mi.




Un ciclista creo que me vio muy mal, o pensó que tenía problemas de falta de energía que me obsequió una pequeña soda en lata, la cual al principio sentí como una bomba en el estómago, pero al poco rato me ayudaría a correr, sí a correr y no sólo trotar por unos dos kilómetros. Muchas gracias a ese gran ser humano que ayuda a otros de manera incondicional, sin conocerlo a uno, sin esperar nada a cambio que no sea un simple "gracias".

Como al km 36 la camiseta ya estaba casi seca, en parte a que la temperatura seguía en ascenso. Ya no tuve más la molestia de los "pezones de corredor".
No muy a lo lejos, un espejismo,... ¿el acueducto estaba ahí o era real? No era espejismo, ahora sí estaba por trotar a un lado de ese imponente monumento histórico, erigido en el siglo XVIII, cuya longitud alcanza los 1300 metros. Lástima que no llevaba cámara para tomarme fotos, digo, ya que iba tan despacio, de haberlo sabido como me iba a sentir, una camarita hubiera sido el mejor gadget estando en una ciudad tan atractivamente colonial como ésa.

Por el km. 40 íbamos en subida, ya faltaba muy poco. La rodilla no había dado lata, aunque influyó en mi decisión de irme más lento que como de costumbre.
Enseguida me surgió otra novedad, una molestia que se había estado acrecentando cada vez más en el km 39, me tomó por sorpresa su intensidad, una especie de calambre me quería dar en un antebrazo, el derecho. Uno pensaría que corriendo solamente dan calambres en las piernas, por lógica, pero este malestar, que en otros maratones ya se había asomado, dándome ligeras sensaciones de dolor, ahora, esto se había intensificado como nunca, sólo que tuve algo de suerte, pues ahí estaban los paramédicos en una esquina para apoyar. Me acerqué y pregunté que si podían ponerme en el brazo del spray que rocían para calambres y dolores, a lo cual respondieron afirmativamente; les comenté en tono de broma: "ah, ¿pero no me van a descalificar por ponerme, verdad? ya que así le hacen en Mexicali, ─ ¡No, claro que no (sonrieron), aquí no hacemos eso! ─contestó el joven que me aplicó el spray. Como magia, poco a poco se fue esfumando ese inesperado dolor.

Una medalla como ésta nos esperaba al concluir el reto.


Subiendo por la calle donde comenzamos, a un lado del hotel donde nos hospedamos, tenía más ganas de parar y de llegar al hotel a descansar, que de continuar.
¡Vaya ruta! tan llena de cuestas y de pilón, subir y subir para llegar al estadio Corregidora. Caminé unos cien metros en la cuestita final, con algo de pena pues había mucho público enfiestado, repartiendo palabras de ánimo por doquier, pero seguí, motivado con la feliz idea de que en unos 500 metros me toparía con la meta.

Escurridiza meta, como pocas veces, no aparecía o yo iba tan lento, creyendo que corría. Una vez adentro, el suelo parecía de foam, los pies se hundían un poco y no avanzaba como quería, ¿a quién se le ocurrió cubrir con eso el tartán? No crean que le di mucha importancia a eso, solo corrí y corrí hasta cruzar el arco, hasta pisar el último tapete electrónico, hasta detener mi cronómetro, que extrañamente me puso contento pese a ser en mi haber el maratón más lento que jamás haya hecho:   4:17:23 horas en total.

Caminé tras recuperar el aliento, subiendo los estrados junto a corredores que avanzaban lentísimo, porque tenía prisa por encontrarme con Lucy, pero para esa hora ella ya iba de regreso al hotel o sí estuvo ahí cuando llegué no me vio por tanta gente que se iba reuniendo.

Me dieron mi medalla de finalista... luego fui por una camiseta extra de finalista que habían prometido darnos también, pero ya no había de mi medida; acepté otra talla. Luego pedí indicaciones de la salida y del guardarropa, pero nadie (del staff) sabía nada.
Buscando la salida me topé con los que entregaban la cerveza, pero a diferencia de otros maratones del rock 'n roll, aquí nos dieron la lata al tiempo, sí, arrancádola del six, a temperatura ambiente pues estaban ahí asoleándose... bueno, ¡ya qué! Me la llevé conmigo, que en el cuarto de hotel le pondría hielo y seguramente sabría buena.



Mis piernas dolían de cansancio. Lo acepto, la altitud de la ciudad si me afectó en mi rendimiento, sin embargo, dentro de lo que cabe el esfuerzo que realicé, siento que sí disfruté del recorrido, que al fin de cuentas, si no lo hiciera, nada de esto valdría la pena. Pero, ¿volvería a correrlo? No.

No lo correría a menos que lo dejen como estaba antes, para conocer la verdadera esencia del maratón de esta preciosa ciudad del cual su gente se siente muy orgullosa, y no hablo únicamente de la ciudad sino orgullo también por su maratón.

En pocas horas, las quejas de los Queretenses en el facebook del maratón eran tremendamente negativas hacia los organizadores foráneos del Rock 'n roll; la gente pedía que se fueran y les dejaran hacer el maratón que ya tenían, que la ruta era malísima, llena de cuestas y poco atractiva, que revolvieron distancias y el maratón se vio muy deslucido, que la expo fue un desastre, etc. Sólo por mencionar unos cuantos aspectos. 

No cabe duda que en la búsqueda de un maratón distinto, te puedes llevar muchas sorpresas. Pasaremos por muchas cosas agradables y también por algunos sustos, pero esa noche dije: "¿Y si en diciembre voy a Mazatlán y corro el maratón Pacífico? ... ¡ Es que uno no tiene remedio!









martes, 27 de septiembre de 2016

Entrenamiento en el Bosque del Cóndor


Un poco de altura viene bien como entrenamiento final para maratón. Ambos, Ninfa y yo nos lanzamos por diez millas, lo cual sabe a poco cuando asistes a un lugar tan singular como éste, y quisieras irte lejos, mucho más lejos, pero debes mesurarte y cumplir con lo que toca.



Hace ya unos seis años de la primera vez que tuve el gusto de trotar ahí. Recuerdo que resentí la altura, y que a duras penas pude cubrir 15 kms. Sólo fue falta de costumbre, ya que poco después volví y ya todo fue normal y por consiguiente, mucho más disfrutable.




Aquella muralla de árboles (de la foto) es por donde uno continúa si se busca algo más que 16 kms  y desde ahí te sientes en verdad que atraviesas un bosque. Es mi parte favorita del recorrido, el pasar por ahí cada vez que vamos por 25, 32 kms o una distancia mayor.




"Cuando no era corredor, soñaba con serlo. No fué fácil el proceso, pero de pronto un día, ya estaba disfrutando de lugares lejanos, de todo tipo de atmósferas, de la aromática naturaleza y de kilómetros con belleza inimaginable". 

Correr en el Bosque del Cóndor siempre resulta muy estimulante en muchos sentidos, tan sólo el contacto con la naturaleza te recuerda que estás lleno de vida y que merece la pena estar ahí.




Caminos anchos y mayormente de tierra, que se prestan para entrenar a paso fuerte, son el camino; por eso no es extraño encontrarse aquí a los mejores corredores de la región. Por mi parte, como aficionado que soy, espero volver para entrenarme para el medio maratón Silver Strand de noviembre, y posiblemente para un maratón decembrino.




Marco Jiménez  hizo una distancia mayor que la nuestra, a quien agradezco sus consejos, pues él es un gran maratonista, incluso acaba de ser aceptado en Boston, maratón que correrá en abril del 2017.
Ninfa Uribe, en éste caso fue mi compañía de inicio a fin en mi entrenamiento, ambos, junto a otros tijuanenses correremos un maratón en pocos días.







El antes (calentando) y después (la llegada) de correr los 16 kilómetros, de la señora Ninfa. Ella no quiso parar hasta no llegar al arco... no supe por qué, pero tal vez por su parecido a una meta de carrera, aunque sirvió para tomarle esta foto del recuerdo en la famosa entrada del Cóndor.



Marco quiere ir por los maratones "majors", yo llevo dos de esos y mi meta es parecida a la de él, aunque hay una veintena de maratones de México y fuera de mi país que me atraen y ¡los quiero correr todos!

Ninfa, ya lleva varios de los mejores maratones del país, entre ellos Mexicali, Tijuana, Coahuila (maratón Lala), Ciudad de México y próximamente, Querétaro.

Como le dije hace poco a un amigo: 

"Comencé corriendo sólo por adelgazar, jamás pensando en viajar para correr en otra ciudad... pero uno inicia en ésto y no sabe hasta donde sus pies lo llevarán".






miércoles, 21 de septiembre de 2016

Medio Maratón Tecate 2016



El 18 del presente mes se llegó la fecha de cumplir el reto, correr el medio maratón de Tecate, pero no sólo eso, sería seguir hasta completar 32 kilómetros, como parte de mi entrenamiento para maratón.

Qué curioso que hacía un poco de frío antes de las 7:00 a.m., y digo qué curioso pues estaban por aumentar drásticamente los grados de la temperatura ambiental.

Entre la demora en las inscripciones, saludos a mis amigos y en averiguar donde dejar mis cosas, no supe como perdí tanto tiempo, que mi calentamiento fue prácticamente nulo, que apenas comenzaba a querer calentar y hacer estiramientos dinámicos cuando se oyó en el voceo que ya arrancaría la carrera, muy puntualmente a las 7:00 a.m.

Iba con mi amigo Nacho Zamarrón y corrimos de inmediato hacia la cola del grupo, y la carrera ya había comenzado. No me importó mucho, pues no tenía intención de correr a tope los 21 kilómetros, que además se comienzan con una buena y prolongada cuesta.

Me fui platicando a pasito tun-tún con Nacho y Luis Morúa durante un medio kilómetro; me despedí y con la idea de ir aumentando el paso poco a poco, ya que esa cuesta y ese paso me servirían de calentamiento. Enseguida me encontré a Gabriel Flores, quien ya había acumulado en sus piernas 50 kms un día antes en el ultra Noble Canyon, y como él, algunos miembros más de su club. Gabo me contagió de su actitud y, yo sabía que mi reto era pequeño comparado con el de él, así que, inspirado seguí aumentando el paso poco a poco y a la vez saludando a cuantos conocía.



Después de la primera vuelta en U ya se había recorrido 2.6 kms... aproveché la bajada para irme a un paso menor a 4:00' por km. Luego me sorprendí que la señora Ninfa iba al mismo paso que yo al emparejarme con ella en el km 3.5. La acompañé un rato, platicamos un poco y nos deseamos suerte.

5 kms en apenas 26 minutos no estaba tan mal por haber hecho la mitad a paso lento, pero ya me estaba poniendo las pilas para no bajar el paso.
Km.8, medio gel, agua y a seguir subiendo por la carretera. Fue grato ver a los que venían de vuelta, los grandes corredores como el mexicalense Daniel Valdez, adelante, en solitario, poderoso, sin que se le notara cansancio, y poco después Alexis Verdugo de Tijuana buscando darle alcance... y así aquel desfile a mi izquierda prosiguió e incluso algunos a quien acostumbo perseguir iban ahí, pero esta vez solo alcanzaría a quien se fuera agotando pues yo no iba empleándome a fondo, solo quería aguantar el ritmo que llevaba hasta el final.

El calorcito ya lo resentía, y bueno, a excepción del primer abastecimiento, todos los demás no fallaron. Por el kilómetro 14 me tomé la mitad del gel que había dejado, llevaba otro por si se ofrecía más adelante, aunque nunca lo usaría.

Al parecer mis entrenamientos recientes de distancia me ayudaron bastante a que el constante sube y baja por las onduladas calles de Tecate no me cansaran mucho. Así fui sumando zancadas, metros y kilómetros hasta lograr oír el barullo de la gente que en el parque Los Encinos ya aplaudían y recibían con entusiasmo a los corredores que uno a uno se acercaban a la meta, sí, faltaban menos de mil metros y ya se captaban esos sonidos de felicidad... y la alegría iba reemplazando el cansancio en los corredores que a mi lado apretaban el paso para llegar con un buen cierre.



Crucé la meta muy contento por lograr llegar en 1:45:30 horas, apenas dos minutos y medio más lento que un año atrás, señal de que si no estuviera yendo por 32 kms, entonces hubiera superado por mucho mi tiempo; estimo que 1:37 horas hubiese logrado... pero bueno, ya será para la próxima.
Al final del reto me enteraría que quedé en el lugar 122 general de 1150 corredores, numerito que me gustó. Mientras tanto, y a paso realmente tranquilo buscaría cubrir 11 kms más.

Entre caminata y trote me acerqué por mi medalla, mi camiseta y un litro de bebida deportiva. Ni hablar, tuve que invertir unos cuatro minutos en ésto: parar en seco, amarrarme la camiseta al cuello, acomodar la medalla bajo la camiseta verde para que no se moviera como péndulo al continuar corriendo. 
Tomé calles desconocidas pero céntricas, luego usé el camino del tren, aprovechando la tierra, y por un momento hasta volteé por si no venía el tren. Había cumplido con la primera parte, correr el medio maratón de Tecate, el más duro y complicado de la región bajacaliforniana, y con optimismo renovado seguía buscando más.

La botella me pesaba en la mano, así que (muy a mi pesar) la destapé, mojé uno de mis muslos, para bajarle el calor, enseguida el otro, bebí un poco, y así aminoré el peso del envase. Me fui rumbo a la ruta de los corredores, a la altura donde ya faltan seis kilómetros para que terminen... vi que algunos ya caminaban... alguno que otro me veía tal vez pensando que equivoqué el camino o que por algún problema me había salido y que por eso estaba en el lado opuesto de la calle; igual la gente que afuera de sus casas o negocios me veía como pensando que yo había perdido el rumbo, incluso, hasta una patrulla me pasó por un lado e igual se me quedaron viendo. Estaba otra vez recorriendo nuevas avenidas.

Para el km. 26 me topé con la ruta del medio (otra vez), iba en sentido contrario y por un caminito de tierra cerca del canal, ¡sí, ese que huele a rayos!
Pronto me había quedado sin líquidos, ¡ah pero ahí andaba mojándome las piernas por no cargar peso extra!  En eso me metí mejor al sentido de los corredores que ya se acercaban a la meta del medio maratón. En el último abastecimiento me hicieron el favor de rellenarme a un cuarto la dichosa botella; no pedí más pues sentí que no tenía derecho de beber de nuevo, pues se veía que les quedaba poca agua y aún venían corredores atrás, sabrá Dios cuantos más y que tan lejos.


Me encontré a Verónica Galvez, una amiga y nueva corredora, quien batallaba por avanzar. Decidí acompañarla hasta la meta para darle ánimos, y es que sé lo que se siente por ir adolorido de una pierna y estar tan agotado... no obstante, le echó ganas y me separé para verla cruzar la meta mientras yo tomaba la calle opuesta para evitar cruzar otra vez el arco de la meta. Más de uno se me quedó viendo, confundidos porque aparentemente no quise cruzarla, y es que ya lo había hecho.

De nuevo tomé el mismo camino, animado pues ya me faltaban únicamente 3 kms. Detrás de una plaza descubrí un trail, ¿cómo no lo vi desde un principio? Bajé hacia él, cansado del pavimento y el asfalto. Nuevamente, me había quedado sin algo para beber, pero no me importaba ya mucho.
No me quise ir muy lejos, estimando 1500 metros para regresar al punto del evento. Y, como suele pasarme, me emocioné en el último kilómetro y le di fuerte al paso, a como saliera, para sacudir las piernas de aquella pesadez y encajonamiento, atrapadas en un ritmo lento.



Fue una gran sensación de logro, cerrar a velocidad, aquella distancia de 32 kilómetros. Casi tres horas me llevó este reto, con instantes de fuerza y energía, pero también con sus altibajos, con sus pausas y momentos tranquilos, lentos, animosos, sedientos, desafiantes... de todo un poco se vive al correr, pero que al lograrlo se convierte en satisfacción.

Gracias especiales a quienes nos regalan con su gran trabajo, la evidencia de nuestros esfuerzos, a los fotógrafos como: Yo también corro en Tijuana, Sudor Cachanilla y a Runners in Action.

¡Gracias Zamarrón por la ida y vuelta a Tecate, siempre tan amena la plática!

Cumplir con éste reto, sin embargo, no me hace sentir muy preparado para el maratón de Querétaro, el cual será a 1800 metros sobre el nivel del mar.  Altura... esa gran diferencia que espero no me afecte como me sucedió en el maratón de la Ciudad de México. Tal vez no busque mi mejor marca, pero si trataré de que sea un maratón disfrutable, y si me es posible, si me siento bien, hacerlo debajo de 4 horas. !Se acerca lo bueno!

¡Gracias por tu visita!






miércoles, 14 de septiembre de 2016

Preparación para el Medio de Tecate

Sigo en mis entrenamientos, preparándome para el maratón, y de paso para el medio maratón de Tecate.
La semana pasada quise enfrentarme a cuestas complicadas. Me fui rumbo a Colinas del descanso, pues tenía mucho que no visitaba la tumba de mi madre. Para llegar hasta allá, comienzo desde casa; desde donde vivo debo bajar hacia el bulevar Insurgentes, tomar puente Simón Bolívar, y de ahí muchas calles y pendientes. Son 2.5 kms en ascenso. Lástima que solamente fueron 10.5 kms, pues quería hacer mayor distancia. Estuve un rato en ese sitio y con el regreso, bajar es sencillo, pero habría que subir de nuevo hacia la colonia donde vivo. Total = 21 kilómetros de trote.

Hay que recuperarse con un día completo sin correr, para asimilar el esfuerzo, para que haya progreso. Unas sesiones de gimnasio (aparatos y pesas) trotes de descanso activo y uno "largo" de 10 kms. fue lo que precedió al siguiente reto.
Iba por mis 30 kms. pero al intentarlo apenas podía con el paso o sería que mi cuerpo aún estaba muy adormecido y faltaba oxigenación, el caso es que tras completar 6 kms me avisó (mi organismo) que todavía no estaba listo. Eso fue apenas el lunes 12 del presente mes... así que, cambié al plan B, hacer 10 millas a paso "algo fuerte" cercano a mi ritmo de medio maratón, pero primero descansé, me hidraté y regresé media hora después... y resultó.
Acumulé 1:12:29 horas en esos 16 kms.  Enseguida hice 1 km de trote de recuperación. Total = 23 kms. en esa mañana.



Hoy me lancé por 20 kilómetros más. Aunque únicamente 19k a paso de maratón, o mejor dicho, con el que quisiera llevar en un maratón. Como no hice kilómetros previos de calentamiento, usé los dos primeros a paso algo lento, para poco a poco ir forzando la maquinaria.

Los primeros 5k me salieron en 26:15 minutos, y mi reto era ir acercándome al paso promedio de 5:00'/km.  Había aligerado mis manos, poniendo la bebida en el suelo... la gorra ya mojada de tanto sudar, la puse sobre una rama de un arbusto para que se fuera secando. El viento soplaba fresco, y animado metí un poco más de velocidad en cada vuelta. Así logré 10 kms en 49:56 minutos.

Me fui de ahí, subiendo sobre el suelo terroso e irregular. Me metí a mi pista habitual a seguir dando vueltas... la ventaja aquí, de éste terreno, es que no hay tanto golpeteo en las piernas, y por consiguiente la recuperación es mas rápida.

El campeón  Raymundo Torres en el medio maratón Tecate 2015.


Terminé los 19 kms en 1:33:44 horas. Apenas a paso de 4:56 por km. Fue una manera de exigirme a obtener un resultado sin estar recuperado al cien de los entrenamientos recientes. Pero...

Pero sigue pendiente hacer una distancia de 30 o 32 kilómetros, la cual planeo hacer en Tecate.

Si ven a un loco que después de terminar el medio maratón de Tecate, que no se detiene, que toma su bebida y camiseta tras cruzar la meta, que sigue y sigue corriendo, ese loquillo soy yo, con la idea fija de completar un total de 32 kilómetros... no, no será con afán de presumir que 21 no me fueron suficientes, es que estoy atrasado, pues no he entrenado esa distancia larga que debe ser parte fundamental de mi preparación para maratón, para el cual ya faltan menos de tres semanas.

¡Gracias por tu visita!


martes, 6 de septiembre de 2016

10K de Yo también corro en Tijuana 2016

La mañana del 4 de septiembre, salimos ya todos ansiosos por mover las piernas. Más de 1200 corredores aglutinados, que, apenas podían moverse en el intento de salir del tartán del Crea, rumbo a las calles tijuanenses.

Con tan buen clima, fresco y nublado, hubiese sido un verdadero desperdicio no buscar dar un buen esfuerzo. Yo había amanecido mucho mejor que en la reciente carrera Canaco, la cual debí "saltármela" y no correrla; con mucho mejor respiración y menos dolencia del nervio "lato-ciático".

Pero era tanta la gente ─y es que me resisto a ponerme muy adelante porque no tengo tanta velocidad─ que mi primer kilómetro me salió muy lento.  Mi tiempo a buscar sería entre 41:30 y 42:30 minutos. La ruta es buena, el clima, las ganas, ¡pues vamos por ello! ─me dije.



Tercer año como carrera de 10K para sus organizadores, quienes celebraban su cuarta carrera por el sexto aniversario de la afamada página de Yo también corro en Tijuana. Aún no olvido como disfruté de aquella de relevos 4x1000, que nos fue bien a pesar de iniciar como últimos, por ser el grupo más longevo, pero aun así remontamos 3 lugares aquella vez. Ésta es mi tercera participación con ellos.

Pepito corre fuerte, me le emparejé; luego dejé al de camiseta amarilla. Enseguida entramos a la vía rápida para hacer la línea recta que nos llevaría hasta la altura de la prepa Lázaro. Seguí al chico de las rastas largas, quien sabe mantener un paso veloz por mucho tiempo. La gente sobre el puente gritaba, los de abajo nos hablaban, y en las esquinas aplaudían. Nos daban ánimo para no ceder en el esfuerzo.

Apenas hice 20:45 minutos en los 5 kilómetros, lo cual fue bueno por sacar muy lento los primeros mil metros; por consiguiente, iba a procurar no aflojar mucho el paso. No iba por marca personal, sabiendo que no he entrenado la suficiente velocidad para conseguirla, pero sí quería acercarme (40:04') para por lo menos "calarme" y en el Mexicano 10k ahí sí dar todo sin reservas; eso en noviembre.

No supe si me dejó o yo a él, al joven de las rastas, que cuando lo recordé ya no lo tenía frente a mi, pues yo ya no iba tan fuerte como al inicio. Ahora iba tras José Jiménez, a quien sí conozco, que me saludó y lo sentí como retador ese saludo, pues sabe que en la Canaco por tomar agua de los vasitos que dan, casi me iba ahogando, el agua como que más bien se me fue por los bronquios; perdí velocidad, y me dejó el buen José... ahora yo llevaba una bolsita con agua, la bebí de un sorbo, y fue mínimo el ritmo que bajé. Me fui tras él.

Foto 1 y 2, cortesía de Yo también corro en Tijuana.

Siempre me ha gustado correr por la avenida Niños Héroes, ni siquiera sé porqué. Suelo apurar el paso en las glorietas, así como pretexto para que los automovilistas no esperen tanto, y yo recupero velocidad al pensar de ese modo. Ya vislumbraba el monumento a Cuauhtémoc entre las hojas de las palmeras del camellón. Ya sólo dos cuadras y a tomar el puente rumbo al Crea.

Al doblar esa esquina, hacia la derecha, tenía a escasos diez metros a Jimenez. Él no me veía, de otro modo hubiera acelerado, pero yo estaba bien con la idea de llegar después de él, que mi tiempo propuesto igual lo iba a cumplir, sólo faltaba que la distancia fuera correcta, es decir, que sí fuesen los diez kmts. Me sentí fuerte al subir, señal de que va bien mi preparación de resistencia (distancia).

Todos los que iban un poco delante de mi, dieron el acelerón, haciendo el célebre cierre... yo no, no quise ésta vez. Y me sentí muy bien así, que crucé tan tranquilo, sin sofocarme, por haber corrido al pasito "sabroso y sudoroso", que esa sensación de bienestar me indicó que puedo hacer un buen 10k cuando me lo proponga. 

Al traspasar el arco de la meta, cumplí con 42:31 minutos, pero el gps me marcaba 10.140 kilómetros, osea que con 140 metros de más había que hacer ajuste... lo cual me daría más tarde ─ya que revisara─ un tiempo de 41:56 minutos. Mi mejor 10k del año, y siento que ya me estoy recuperando... sin embargo, veo algo lejitos el 40:04'... no sé, algo me dice que este año estreno nueva marca personal en esta distancia; la quiero, creo merecerla y voy por ella.

La carrera es buenísima, muy bien organizada. ¡Felicidades a los talentosos "Germanes"!

Sólo hay dos tachas, pero van para el personal del staff o voluntarios. Primero, el señor que cuando llegas pide el papelito que se desprende del número, ése señor, a pesar de él usar una tijera, por desesperado, de un jalón me arrancó completamente (literal) el número de competidor de la camiseta, y eso que le pongo los tres seguritos, que ya mero uno de ellos (el único que quedó en la camiseta) me pinchaba a la altura del ombligo y me lo quite de inmediato; sólo recuerdo que le dije: "¡Oiga, tenga más cuidado!" Pero no me importó mucho pues yo estaba feliz.

El siguiente caso sucedió a los pocos minutos, pues al llegar mi turno de que me pusieran la medalla de finalista (que no sé si hubo para todos), la chica tenía tanta prisa que al levantarla para ponérmela en el cuello, la medalla me pegó duro contra los dientes, y pues quien me manda estar sonriendo en ese momento ¿no? Es raro que alguien no lo haga cuando le entregan una, el tener la boca abierta por sonreír. Ni oportunidad tuve de decirle algo, sólo me volteé a verla para hacerle un comentario, pero ella, muy apurada ya atendía al siguiente corredor. Quiero pensar que no se dio cuenta, en vez de que fingió no darse cuenta... pero por un momento pensé que me había quebrado el diente, ¡qué bueno que no!

Foto de: Gabriel Flores.


Próxima carrera:  Tecate, el medio maratón. Es muy probable que lo corra, que me serviría como preparación para el maratón del 2 de octubre. 

¡Nos vemos en las carreras! ¡Sigamos corriendo en Tijuana!








lunes, 22 de agosto de 2016

Entrenamiento de 25 Kilómetros

Hoy quiero compartir un entrenamiento que realicé ayer domingo 21, y a partir del mismo, iré publicando los más importantes rumbo a mi nuevo maratón que es el 2 de octubre.

Considero que el inicio de la preparación fue desde el medio maratón de Tijuana, pero desde ese día me he enfocado más que nada en sesiones de velocidad, ya sea en mi pista de tierra o subiendo a paso fuerte al cerro que me queda muy cerca de donde vivo. La fuerza en las piernas, ese es sin duda mi lado débil al cual debo poner más atención.



Decir "no" al Florido:

Tuve que sacrificar mi asistencia a una de mis carreras favoritas, como lo es la 5k del  Florido; todavía un día antes estaba con la batalla interna de "quiero-pero no debo"; hasta que puse las cosas en la balanza, y me dije: ¿Te sirve correr 5 kms para mejorar en tu próximo maratón?, un rotundo "No" fue la respuesta, cuando carreras de 5k me las invento yo mismo entre semana a ritmo de competencia.

Al fin bajó un poco la temperatura, a 19 C. ya que no estaba rindiendo mucho en mis últimos entrenos, así que primero me motivé mucho viendo el maratón olímpico, lo cual atrasó un poco mi propia carrera, pero sin duda me sirvió como inspiración, y así comencé antes de las 8:00 a.m.

25 kilómetros: El Reto

Pero no solamente sería cubrir la distancia, eso es fácil, el objetivo sería tratar de sacar cada 5 mil en 25 minutos como tiempo límite máximo, y hacer por consiguiente un total de 2:05 horas. Para mi, ese sería un ritmo satisfactorio, pero si acaso me sentía bien, pues trataría de acercarme a 2 horas flat.

Sólo llevé conmigo 700 mililitros de agua de coco, es poco, pero me tendría que alcanzar. Inicié en una especie de pista de 350 metros (de tierra), donde el óvalo es casi perfecto. El buen clima me ayudaba, pues estaba algo nublado y soplaba un ligero viento fresco.

Siempre inicio aquí, aunque termine en otro punto de la ciudad.


Los 5 kms:

Sin mayor problema tomé un paso medio entre lo que es mi paso de maratón y el de medio maratón. Oscilaba entre 4:50' y 4:39' mi paso. Me recordaba de no meter mucha velocidad o me cansaría antes de tiempo, lo ideal era mantenerme en un 4:45' si me sentía cómodo con el paso.
Resultó! Mi primer cinco mil, salió en 23:36 minutos, y me sentía entero. Bebí de la botella rápidamente y la volví a dejar en el suelo. 

Los 10 kms:

Cada vez que tomo líquidos tiendo a bajar drásticamente el paso, pero esta vez lo hice con mucha conciencia, así que no perdí muchos segundos y al poco rato ya había recuperado el ritmo de carrera que deseaba.

A pesar de dar vueltas como loco en el mismo pequeño circuito, no me aburría, al contrario, como que era el lugar correcto, un sitio alto, donde el viento me llegaba perfecto para refrescarme, lejos del smog de los autos y sin interrupciones de ningún tipo. Todo aparentemente bien en ese óvalo, hasta que llegó un señor, caminando con sus dos perros, sin correa, un pitbull y un pastor alemán, que corrían sin dirección alguna, se me quedaron viendo y yo mejor me salí de la "pista" hacia el lado opuesto, para subir por una veredita irregular, pegado a una pared alta, y por ahí escapar de ser necesario... eso sí, no paré, el reloj y las piernas seguían en lo suyo. Al poco rato pasaron de largo ese señor y sus mascotas, que al verme entendió el porqué me alejé.

Seguí para mi sorpresa, algo fuerte y en total cubrí el segundo cinco mil en 23:24 minutos... mi total en 10k = 47:00.

Los 15 kms:

No era algo extraordinario en realidad, pues mientras corría recordaba que en varios maratones he hecho los 10 kms en ese tiempo, en San Diego, por ejemplo. Eso sin mencionar que en un medio maratón incluso he logrado 41 minutos en el primer 10k. Sólo pensaba en ello para darme ánimos, y recordarme que estaba entrenando para maratón, no para otra distancia.

Seguía dando vueltas, pero ya pensando en abandonar esa pista, pues me iría "hacia abajo" rumbo al bulevar Insurgentes, para combinar con terreno pavimentado y acercarme a la realidad conque uno se enfrenta en los maratones. Parte del plan era ese, combinar terrenos. Después de 14 kilómetros, agarré calle abajo, el descenso me ayudaría a hacer otro buen 5k, los cuales son mis parciales en los que me baso. Y éste tercero salió, en efecto, más rápido que los anteriores. 23:10 minutos, y así completé 1:10:10 horas en 15 kms.

Mi pista de 350 metros, para cuando hago repeticiones de velocidad.


Los 20 kms:

Por lo tanto fui optimista: "Puedo llegar debajo de 1:35' en los 20", me dije, y de ser así, hasta puede que complete los 25 kms en dos horas flat, o si me falla la energía ─como tantas veces me sucede─ pues en 2:01 horas, pero no me quise adelantar más, y mejor traté de enfocarme en un 5 mil a la vez.

Mi premio tras completar cada 5k era dar tres buenos sorbos a la bebida, aunque sin saborear, solamente pasar el trago de inmediato para no perder el ritmo. Estaba ya costándome trabajo mantener el paso, ya andaba por calles duras, lo bueno que por ser domingo no estaban muy transitadas. 

Andaba por el rumbo de la clínica 1, y por esa calle completaría la distancia haciendo circuitos, para ese momento ya estaba bien soleado y procuré las pocas partes sombreadas, por las banquetas.
En 24:18 minutos saqué ese cuarto 5 mil, y en total los 20 kms en 1:34:28 horas... ¡Lo podía lograr!

Los 25 kms:

Sediento y con la ciática ya dando lata, trataba de bloquear cualquier malestar que sintiera. Lo bueno, es que Lucy pasaría por mi en la plaza china, para lo cual ya habíamos acordado en una hora aproximada.  Me dio gusto que los 21 kms los hice más rápidos que en el medio maratón de Tijuana.

Mi paso de pronto se me iba muy arriba, a 5:40', luego aceleraba y lo iba recuperando poco a poco, ya a 5:25', ya a 5:14', hasta conseguir el ritmo arribita de 4:50', ahí debía mantenerme, aunque sabía que incluso con mantener hasta el final un paso de 5:15' de cualquier modo lograba la meta, pero no, no quería que el parcial me saliera arriba de 25 minutos cuando los otros salieron tan buenos.

Cuando me quedaba una milla me exigí más, pues ya quería terminar cuando antes. Al faltarme un kilómetro supe que lo lograría y de pura emoción busqué acelerar las piernas ya muy cansadas, y así concluí a paso de 4:40' hasta dar el stop a mi reloj... no más, que ya me marca 25 kms completados en 1:59:19 horas.
Ese último cinco mil lo había terminado en 24:51' minutos, que de no haber acelerado en la milla final no lo hubiese conseguido en menos de 25 minutos. El pace promedio, al fin de cuentas me dejó muy contento: 4:46' por kilómetro.

Muy agotado pero satisfecho, con un resultado que fue mucho mejor de lo que esperaba (aunque sé que puedo mejorarlo), pues técnicamente debería poder cubrir 27 kms en dos horas, pero ese ya será otro reto en un futuro.
Un ritmo que, estimo sea complicado soportar en 30 kms. pero éste sí creo que será el siguiente reto.   ¡Gracias a Lucy que ya estaba ahí esperándome! Nos lanzamos de inmediato por unos sueros.

¡Gracias por tu visita!






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