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martes, 4 de junio de 2013

Rock n Roll San Diego Marathon 2013

Domingo 2 de junio de 2013, 6:15 a.m.

Estaba nervioso, raro en mi, no recuerdo haber sentido eso en los otros maratones, o por lo menos esta vez me di cuenta de que lo estaba. El arranque fue algo fuerte, sentí que todos iban muy rápido, no quise dejarme llevar con la inercia. Los dejaba pasar. ¿Que acaso no se dan cuenta que se trata de un maratón?, llegué a pensar después de varias millas, pues yo iba a paso de 7:20, y aun así era algo rápido para mi, un paso que me parecía a la vez cómodo, pues en el km.5 llevaba 22:55 minutos. Así que le bajé un poco mas, para ahorrar energía.
Ahí iba de nuevo, pensando en que cada vez lo puedo hacer mejor, siempre esa es mi intención, además de disfrutarlo. Me gustaba la idea de una ruta nueva, a pesar de que la del 2012 me gustó mucho y no la hubiera cambiado por nada, pero pasar por calles nuevas siempre es interesante... mas ignoraba lo que me esperaba en ellas horas mas tarde.

"Debes tener un cierto grado de masoquismo en ti para concluir un maratón,porque debes saber que muy probablemente vas a sufrir en el trayecto, pero Dios
 nos ha dotado con una voluntad tan grande, que podemos tropezar, pero levantarnos es
obligatorio. Que un día podemos fracasar, pero que hay otro para volverlo a intentar". 

Como siempre mi principal problema es la velocidad con la que pierdo líquidos, no exagero al decir que desde el primer kilómetro ya estoy sudando la camiseta, así que no debía dejar pasar ningún abastecimiento, y beber un poco mas de lo normal. Nos daban también vasitos con agua y de una famosa bebida deportiva, pero lo malo de los vasitos es que terminas vaciandote casi todo el agua encima. También nos porporcionaron geles para que no falte el combustible a los músculos.

Hice 10 kms. en mas de 46 minutos, muy bueno de acuerdo a  mi plan, de seguir así y sintiéndome bien podría llegar al medio maratón en 1:40 horas, pero el cuerpo mandaba, no me gusta forzarme, si me sentía muy cansado le bajaría al paso, al fin que lo principal era romper mi récord personal.

No me fue muy grato recorrer las mismas calles de hace un año en sentido contrario, pues daba la impresión de estar cerca del final cuando apenas vas por la mitad... sin embargo, era lo mas bonito del recorrido, por Mission Bay; habíamos llegado hasta ahí subiendo y bajando constantemente, y por fin nos tocaron varias millas planas. Ah!, las millas se sienten eternas cuando te comienza a llegar el cansancio, y siempre extraño las señales en kilómetros.



A la gente que corrió el evento de medio maratón, les toco salir un poco mas tarde, y tomarían una ruta distinta, no nos encontraríamos con ellos hasta casi el final. Por cierto ellos fueron  cerca de 18,000 y los corredores de maratón fuimos mas de 7,000, aunque mas de 500 personas no llegarían a la meta.

Llegué al medio maratón en 1:40:40 horas, y con la firme idea de cerrar los 25 kms. en una hora... y no fue así, solo por un minuto de retraso, pero es solo tiempo, no vale la pena presionarse demasiado, ¿o si?, si se quiere ir a Boston algún día, hay que acercarse a la marca que me califique, solo eso: acercarse un poco mas. Dimos incontables vueltas, las cuales restan velocidad, pero lo ondulado de las calles era lo que mas castigaba, y la gente empezaba a aflojar.
Hasta ahí creo haber disfrutado mucho la ruta y la carrera, porque llegar a la milla 20 me costó algo de trabajo. Bajamos por Friars Road, pero solo para comenzar a subir, y sería una muy prolongada avenida. 
Es curioso pero si dicen que en Boston  la Heartbreak Hill (Colina rompe corazones) es un ascenso de 600 metros la cual muchos sufren por ser justo en la milla 20, entonces aquí en San Diego ésta que subíamos la podríamos llamar la "Legbreak Hill" (La colina rompe piernas), ya que tuvimos que subir por cerca de 2 millas o 3 kilómetros. Fui testigo de como muchos dejaron de correr o de trotar para solo caminarla, y desafortunadamente yo fui uno de ellos, lo hice por momentos, ya que las sensaciones de calambres me invadían las piernas, podían llegar en cualquier momento. Subíamos y parecía no tener fin esa cuesta. "Es una lástima"- pensé- pues mi tiempo en las 20 millas aun era muy bueno, 2:41 horas, era como para llegar a la meta debajo de 3:30 de acuerdo a mi paso de 10k que estaba manejando.



En eso estaba cuando me alcanzó mi estimado amigo Fermín Mendivil, lo cual me sorprendió un poco, aunque ya esperaba que sucediera porque calculaba que venía unos 5 minutos atrás. El amablemente me alentó y me regaló un gel mas, lo acepté, pero creo haberle dicho que no era cuestión de fatiga sino de que las piernas ya se estaban acalambrando y no me permitían moverme mas rápido. Le animé a que el  mejor continuara pues iba muy bien, y yo vería como me las arreglaba.

Me pasaba cada pensamiento por la mente, algunos como estos: "¿Quien me manda meterme a maratones?, si no soy bueno para distancias largas",  "Creo que este será el último que haga",  "Si me hubieran dicho que habría esta implacable cantidad de cuestas, no le hubiera entrado",  "El año pasado la ruta fue muy buena, creo que los que trazaron ésta nueva ruta no saben lo que es correr 42 kms.",   "Fermín me va a dejar muy lejos, llegará unos 25 minutos antes que yo... bueno, bien por el, se lo merece",   "Que envidia de la buena a todos estos que veo que siguen corriendo, porque muchos no conocen los calambres y espero no les lleguen nunca", etc.

Cuando finalmente ese eterno ascenso llegó a su fin, llegamos cerca de Balboa Park, por donde comenzamos. Pero ahí vino lo peor para mi. Era pasando la milla 22, cuando me hice a un lado en un avituallamiento mas, para tomar un poco de agua, cuando al hacerlo un dolor intenso atravesó mi pantorrilla izquierda (aun me duele), asusté a la chica que me brindaba el agua con un fuerte e inevitable grito, y se quedó paralizada sin saber que hacer, desde luego solo son voluntarios y supongo que no saben de primeros auxilios, pero ni ella ni sus compañeros de al lado hacían nada por mi, yo solo me quejaba, estacionado a un lado de ella pues no podía ni mover la pierna. ¿Please, do you have some ice?- No, me respondió y agregó- ¿What can I do?- I just need a moment- Le dije. En fin, que le pedí me ayudara a tenderme sobre el césped, y toda temblorosa me ayudó. Apenas dejé de sostenerme sobre mis pies y sentí mejoría, no duré mucho, talvez perdí unos 3 minutos, y como un robot que ya estaba programado para la acción, me levanté lo mas pronto posible y a seguirle, tomé agua de nuevo (ya que estaba ahí), un par de vasitos y me puse a trotar. No se como habré lucido, pero talvez rengueaba, porque no podía apoyame bien sobre la pierna dolorida, y lo peor, es que faltaban mas de 5 kms. para llegar. Todas mis expectativas que tuve sobre tener un gran desempeño se habían esfumado, ese no fue mi día, ni mi maratón. 



Habría mucho por analizar, para ver que pudo haber salido mal. Pensé en que la noche anterior apenas dormí 4 horas, y mal, aparte de que por una balacera cerca de donde vivo, nos espantó el sueño desde antes de las 3 de la madrugada. Creo, que puede ser la considerable pérdida de electrólitos, la cual no alcanzo a recuperar con solo agua o la bebida que ofrecen. Talvez deba usar sal como otros lo hacen. Talvez usar sueros como bebida única y no tomar lo demás, esto podría serme útil en otra ocasión. Pueden ser tantas cosas. Algo que falte o algo que sobre echa por la borda todo un sueño. Porque al final debemos conocernos muy bien como corredores, ya que no a todos nos funciona lo mismo, o lo mismo no nos funciona en las mismas cantidades.

Pero volviendo a la experiencia. Me faltaban dos millas y  la otra pierna ya amenazaba con lo mismo. -No puede ser!, que no me suceda, ya ha sido suficiente con el calambre que tuve-.  Vi un numero 25 y creo que ya  mi cabeza estaba toda atolondrada, porque pensé, "¿Y ese 25 que ondas?, ¿para que lo ponen?, si ya el km.25 lo dejamos hace mucho, ¿o de que se trata?". Vaya!, caí en cuenta después de un rato que era la penúltima milla.

Curioso resultado después de esta aventura, porque si no me fue tan bien,
entonces ¿como les habrá ido a los 5020 maratonistas que llegaron después de mí?.

Para variar, subimos un poco mas, para llegar a un lado del estadio Petco. Llegaba feliz, sí, porque saber llegar es lo que mas cuenta. Algo similar al maratón del D.F. me dije, debajo de las 4 horas si llego, y me moví algo mas de prisa, que si me dolía algo "nuevo" no importaba, al fin que ya estaba ahí.
Fermín llegó 18 minutos antes, y le fue muy bien (después me contaría). Felicidades amigo!.
Por mi parte, después de meditarlo un rato, me dí cuenta que en ningún momento me pasó por la mente la palabra "Abandonar", al menos de eso puedo sentir algo de orgullo, y ahora mas que nunca estoy de acuerdo con  las palabras de Deena Kastor (quien por cierto corrió el medio maratón) y de Paula Radcliffe:

“A veces los momentos más difíciles son los que nos definen”.
Deena Kastor

“ Del maratón me gusta decir que es casi como la vida misma. Vas a pasar sustos y momentos muy duros, pero se trata de cómo los enfrentas y también de cómo los superas”.
Paula Radcliffe


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