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miércoles, 29 de octubre de 2014

4ta Carrera de Corredores Sin Fronteras 10k

Tijuana, octubre 26 de 2014.

Tres minutos antes de las 8:00  a.m. y arrancó todo el grupo de mas de 300 corredores.
Entretenido en el calentamiento, me confié y salí desde atrás.
Era la cuarta carrera del club Corredores sin Fronteras, y mi tercera participación con ellos.

Solo quería desentumir las piernas, correr a un ritmo mas fuerte que el que acostumbro para entrenar y correr un maratón. Ya extrañaba mas velocidad.

Una buena prueba para ver que tan rápida o lenta es mi recuperación después de los 42 kms. y saber que esperar para un 10k que tanto me gusta cada mes de noviembre. 

Podría contar como me sentí  en cada kilómetro, pero no creo comentar con eso nada nuevo.
Eso si, en los 5 kms mi tiempo era de 20:35 minutos, para un tiempo estimado de llegada de 42:30.

De principio a fin Rubén Rodríguez fue el líder.

Me fui rebasando por haber salido tarde, pero eso me hizo sentir bien, se comienza con menos presión e ir adelantando a otros como que se siente bien.

Como ya había corrido esa ruta noté que no dimos la vuelta en el km 6 como antes, y de plano ese error de estar mal marcada la ruta nos llevó a todos a correr 9.5 kms. y eso explicaba el porque uno a uno fueron arribando a la meta muy contentos, con una falsa, nueva marca personal en 10k. sin embargo, algunos que portan reloj con GPS se dieron cuenta que hizo falta al menos medio kilómetro para completar la distancia anunciada.

Mi tiempo fue de 39:50, cuando se que corrí a paso de 42 minutos, de hecho debí llegar en 41:55 si ajusto mi paso al redondear los 10k. 
No, no corrí buscando marca personal, aun no estoy listo para buscarla, pero he de ir por ella antes de que termine el año, solo que al haber tan pocas carreras de 10k solo me queda la del periódico el Mexicano para conseguirla, y pues justo en esa carrera pero del 2013 fue donde conseguí mi actual marca de 40:11', entonces ese será mi reto de noviembre, romper los cuarenta.

Fotos por: Yo también corro en Tijuana.

Lo mejor de la carrera, son muchas y no solo una cosa. Que la inscripción sea con un kilo de ayuda para apoyar a la Casa Hogar llamada Angeles en  Libertad.
Que el clima está excelente en estas fechas, pues ya era hora de descansar de las agotadoras carreras veraniegas que tanto nos hacen sudar.
Que sea una distancia de 10k (salvo la fallita de la ruta) ya que abundan en el calendario las de 5 kms.
Que Oscar Serna me dio presión en todo el trayecto, a falta de que su hermano se fue a correr el medio maratón del Valle de Guadalupe.
Que pude saludar a amistades que tenia tiempo sin ver; platicar con Luis Morúa A., Ninfa Uribe, Rubén Rodríguez, Emery Pérez, Isabel Mata, Oscar Serna, Francisco Isais, Juan de Dios Lozada, Germán Rodríguez Sr. fue muy agradable, la buena camaradería con los runners siempre logra elevar el ya de por si bonito ambiente.
Sobre todo, la sorpresa de platicar con un amigo conocido del parque de la Amistad, el Sr. Alonso Jiménez Rubio, quien me contaba como había leído mi experiencia del maratón de Chicago, y yo algo incrédulo, pues a sus 60 y tantos años me era difícil imaginarlo en una computadora buscando leerme, pero error mio el ser incrédulo, me contó muy contento muchos detalles de lo que leyó y se veía feliz por mi  y me felicitaba.  Ya no tuve la menor duda de que lo había hecho. El que tantos consejos me dio para correr maratones años atrás, estaba muy satisfecho de saber que había corrido ése en específico. Quedé muy agradecido con el.

Gracias también a Rubén Rodríguez, el campeón de esta carrera... ¡Que regalazo amigo!, ¡que gran detalle que nació de tu corazón"!... ¡que siga esa cosecha de triunfos tan merecidos!








jueves, 16 de octubre de 2014

Maratón de Chicago 2014



                                                        
                                                                         
 Aún estaba algo oscura esa fría mañana. Me quedaba el punto de reunión en el Grant Park a casi 3 kilómetros. Entre caminatas y trotes tenía que llegar, a como había memorizado las calles y sus nombres. No fue difícil, mucha gente corredora iba para el mismo lugar. Mucha gente salía de sus hoteles y las banquetas comenzaron a saturarse. La comunidad runner éramos el despertador de la ciudad ese domingo 12 de octubre.


La Torre de Babel

De pronto la Torre de Babel ya estaba desatada, y que emoción ver a corredores de tantas nacionalidades ahí reuniéndose, todos con el mismo sueño y objetivo: Correr y cruzar la meta del Maratón de Chicago.



Preguntando con mi inglés "mocho" llegué al corral C, y con solo un poco de estiramiento pues apenas podíamos movernos entre tantos que éramos... pero todos felices, la atmósfera estaba llena de adrenalina, todos repartían sonrisas. Eramos una gigantesca fila repleta de energía, como una batería alargada, muy bien cargada y dispuesta a ir soltando esa energía por todas las calles de la ciudad.

Como me hubiera gustado que en esa "largada" estuvieran ahí muchos de mis amigos corredores, tantos que estimo y que admiro; al menos me acordaba que uno de ellos estaba en algún corral mas atrás, mi amigo de Tijuana, el señor Luis Morúa Aguilar. Que nos vaya muy bien amigo... si no logramos las marcas que queremos, al menos se que este evento lo vamos a disfrutar y que no nos rendiremos ante nada, y hemos de cruzar esta famosa meta, la de uno de los seis maratones mas importantes del mundo. 


Foto:  Lucy Domínguez


De Película
7:36 de la mañana y fue el turno de salir. Tan solo comenzar, que maravilla era sentirse en movimiento, ver a tantos compartiendo la misma locura; no por ser buenos corredores ni grandes maratonistas estábamos ahí, sino por ser adictos a las emociones, y a la curiosidad de ver el mundo con ojos propios mientras sientes como en cada zancada las emociones parecen querer desbordarse.

El público en parte era culpable de esto que uno sentía, ya que muchos gritaban enardecidos, apoyando a todos por igual, te conocieran o no.
Pasábamos por debajo de puentes, luego entre edificios, entre esos que en tantas películas de Hollywood se pueden ver. 
De cuando en cuando miraba mi reloj solo para ver si estaba manteniendo un buen paso. 
Íbamos en línea recta por LaSalle Drive, y debo reconocer que de repente no podía acelerar entre tanta gente, delante de mi y a los costados, los espacios ya estaban ocupados, pero en fin, mejor me relajaba y seguía disfrutando del "paseo".





                                                  ¿Tu conoces a ese corredor?


Llegando por el km.5 reconocí el hotel donde nos hospedáramos y Lucy estaba ahí parada en la banqueta tomando fotos, hice pausa por pocos segundos y le di un beso. "¡Awww, how sweet!" (oh que dulce), le dijo una chica que estaba parada a su lado cuando ya me retiré, y un señor que con micrófono en mano anunciaba las bebidas que daban en el abastecimiento le preguntó a ella por el voceo: "¡Hey!, ¿tu conoces a ese corredor?".

El tiempo en los 5 y 10 kilómetros no era el esperado por mi, pero tampoco iba tan mal, y aunque la temperatura era la ideal para correr un maratón, la ruta si estaba resultando con muchas vueltas o esquinas que doblar. Por cierto me daba risa que no le atinaba a ninguna, porque yo iba a la derecha de la calle y había que doblar a la izquierda o viceversa, creo le atiné una sola vez, y esto porque uno es nuevo en la ciudad y no conoces la ruta, así que me tocó correr unos pocos metros mas, que a muchos que ya se la sabían.


     
   ¡Vamos México!
                        
Como dejar de mencionar que por mi ocurrencia de poner el nombre de mi país en la camiseta, la gente no dejaba de exclamar sus palabras de aliento: "¡Vamos México!", "¡Viva México!", "¡Si se puede México!", etc. etc. y esto sería desde el inicio hasta el final.
Los miles de espectadores si que animaban, era en veces como la suma de todos los gritos en un solo grito enloquecido.

Ya no me estaba importando tanto el tiempo que pudiera hacer (mientras no fuera muy lento) por responder a los saludos de los que se referían a mi persona. Gente que estiraba sus manos buscando que los corredores tocaran las suyas con ellos, pero la gran mayoría decidía no darse por enterados, tal vez para no perder el enfoque y control de su paso, pero yo no pude contenerme y saludé a algunos, sobre todo y como en Nueva York lo hiciera, a los niños, que tan contentos se veían y habían asistido a formar parte fundamental del público que decidí "chocarla" (como decimos en México), saludando de esta manera sus manitas sentía que valía la pena estar ahí presente.




A la mitad de la ruta todavía la mayoría íbamos "enteros", pero ya algunos aflojaban el paso y no faltaba quien ya caminaba.

  Un susto en "la pared"

1:43 horas llevaba y sabía que no sería mi maratón mas rápido, sin embargo ese es un detalle que solo a cada corredor le interesa de forma muy personal, una nueva marca para la cual se preparó y entrenó. Lo relevante cuando has viajado a otra ciudad es disfrutar de todo lo que ante tus ojos es novedoso, de la completa experiencia.., en mi pensamiento no dejaba de agradecer a Dios por el solo hecho de estar ahí, de formar parte de un evento tan importante.

Después de pasar el km.30 estábamos literalmente invadidos por espectadores mexicanos, creo ahí era el Mexican Town, y hasta música de mariachi se escuchaba, y el "Vamos México" sonaba mas constantemente.
No faltaba quien amablemente ofrecía servilletas para el sudor, vaselina para rosaduras, frutas y hasta cervezas, "ya me tomaré una llegando a la meta, ahí me la mereceré", pensé.

Muchos ya iban lento, y como epidemia todos al mismo paso, pero me llegó mi turno por el km.35 cuando la ciática decidió atacar (me tomó por sorpresa pues ya no me había causado molestias), como si fuera una larga cuerda de un violoncelo que es jalada para sonar fuerte, el dolor se intensificó en tres segundos, me asusté pues el malestar subió por todo el costado izquierdo de mi cuerpo, incluso a la altura del pecho. Me detuve, no tuve de otra y me puse por espacio de un minuto un poco de hielo. No quise perder mucho tiempo, pero lamentablemente el susto me hizo cambiar a un paso mas lento, no me fuera a dar de nuevo... me sentí algo triste por eso, pues hasta en el maratón de San  Diego con una ruta muchisimo mas complicada la pude manejar muy bien, sin dolores y logrando un buen tiempo al final.

Un día antes del maratón así lucía la ciudad, augurio de que tendríamos un excelente clima.

                                                        La motivante letra H


Una vez pasado el susto, lo olvidaba y trataba de acelerar. Era el momento en que el chip en la cabeza cambia, ahora solo pensando en: "Ya estoy cerca y tengo que llegar cueste lo que cueste".
De improviso me llevo una grata sorpresa, a un lado de mi, a mi derecha estaban las letras gigantes posadas sobre el suelo, las que dicen CHICAGO, las mismas que estaban en la expo y que algunos firmamos. Al llegar a la letra H donde había puesto mi nombre lo ví, ahi estaba mi nombre que 2 días antes con gran entusiasmo me dio por escribirlo; nadie lo había borrado ni encimado su nombre sobre el mio, y es que el respeto de unos runners a otros a veces es increíble!... con nuevo shot anímico continué, faltaba muy poco.

Ultimas tres millas y vamos por el onceavo maratón. Mientras avanzaba me daba cuenta que ya no era tanta gente como cuando comenzamos, y es que llegar cuesta, como a mi me estaba costando.
Los paramédicos corrían con su camilla en sentido contrario, iban por algún caído. Después me enteraría que cerca de 800 corredores fueron atendidos, de los cuales 24 fueron llevados al hospital y que uno de ellos estuvo en estado crítico.




                                                    No dejes de hacer lo que te funciona


Michigan avenue y mi paso mejoraba; por orgullo siempre procuro que por lo menos mis maratones queden debajo de las cuatro horas. Pensaba en que era por la incómoda cama del motel, que en ninguna de las noches pude dormir muy bien, eso pudo haberme afectado. La gripa de la cual apenas, supuestamente había salido, quizás aun me había quedado con síntomas (prometo no volver a correr fuerte con vientos de Santa Ana faltando una semana para alguna carrera importante), y esa serie de ejercicios de estiramiento especial que realizo cada mañana para que la ciática no moleste, confiadamente no la hice, como me hicieron falta. Moraleja: "No dejes de hacer las cosas que te funcionan" y "No te arriesgues con lo que sabes que te puede afectar".


En 42.195 kms. tenemos tiempo para pensar en estos y muchos mas asuntos, hay tiempo para dedicar con el alma y el pensamiento, el esfuerzo que se está realizando a los que ya no están con nosotros físicamente pero si en el corazón. También recuerdas a la familia y a las amistades que siempre apoyan incondicionalmente. Hasta llegas a pensar ¿Por que me meto en los maratones si también me hacen sufrir?, pero sabes, concluyes que el esfuerzo lo vale, que al cruzar la meta la satisfacción será enorme, que no importa lo cansado o adolorido que hayas terminado, vas a querer  hacer otro en pocos meses mas adelante, aunque en ese momento digas: "¡No mas kilómetros para mi, con esto tengo suficiente para muchos días!".

Y como pocas veces al llegar, al ver el arco de la meta, me dio un gustototote!, pues no era la meta de cualquier maratón, era uno de los "majors" y solo hay 6 en el mundo. 
Que doliera lo que quisiera ya, aceleré y cruzé esa hermosa y gloriosa meta!
3:51 horas, ni el mas rápido ni el mas lento de mis maratones, mas es único para mi por haberlo vivido en Chicago asi tal como fué.




                                                                     La Magia del Maratón

Pero el maratón aun no terminaba... me pusieron mi medalla y no paraba de agradecer las atenciones que nos brindaban. Me la colgaron en el cuello y la miré, ¡me encantó!..., aunque entregarían miles igualitas, esa estaba destinada para mi. Eran los instantes en que la satisfacción y sensación de logro están a flor de piel.

Daban cerveza, me bebí un buen vaso, ahora si,  y a caminar la llamada Milla 27, rumbo a las áreas de reunión. Si que fue larga y lenta la caminada.
Finalmente llegué a la letra H, y Lucy ahí esperándome, que emoción y ternura me dio verla esperando y ella aun no se percataba de mi presencia. 



De regreso al hotel había que caminar mas, y daba la impresión de que el maratón duraría todo el día, y no me refiero a la caminata sino a las felicitaciones de la gente en la calle, dentro del metro, al salir de el y también dentro de algún restaurante o tienda, a donde fuéramos no faltaban los: "Congrats", "Good job for finishing the marathon", "Congratulations, well done"... y todo por que portas con orgullo la medalla, con la que les dices sin hablar: "Si yo pude tu también puedes hacerlo". 

En resumen, así es la magia del maratón. La misma que logra que te preguntes: ¿Cual será el siguiente?.





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En números:

Mi maratón # 11, aunque he hecho 4 mas rápidos (o menos lentos).
Lugar general de llegada:  9670

Total de participantes: Mas de 45,000
Un récord de 40,802 corredores cruzaron la línea de meta en el Grant Park.

Eliud Kipchoge de Kenya ganó con 2:04:11 horas, el ostenta la sexta marca
mas rápida en la historia pero no con este logro sino con su 2:04:05 horas que
consiguió en Berlín en el 2013.

Se estima que son casi 2 millones de espectadores que apoyan durante todo el
recorrido.


!Gracias por tu visita!





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