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sábado, 12 de noviembre de 2011

Corriendo el Maratón de Nueva York

                                               
                                  
 Domingo 6 de noviembre de 2011, Ciudad de Nueva York.

Al fin había llegado el día de la gran carrera. Con gran frío amaneció esa mañana y el despertador sonó a las 4:30 a.m.  Todo estaba ya listo, ropa, tenis, bib, ropa extra, etc.
Afuera a las 5:15 ya nos esperaban taxis para llevarnos a los camiones, los cuales nos llevarían al inicio o punto de reunión de todos los corredores en Staten Island. Muy bien organizados estos camiones, se llenaban rápido, en pocos minutos salían uno tras otro. Llegamos a las 6:25 a.m.

Sería un día de muchas sorpresas, algunas ya las esperaba pues había leído las experiencias de otros participantes de años anteriores para saber más sobre que hacer y que no hacer.
Me tocó la Ola verde, la cual era uno de los tres grupos en los que se dividía el arranque y la espera en mi caso sería hasta las 9:40 a.m. para la salida de dicha ola verde (5 horas después de haber dejado la cama). Tenía entonces más de 3 horas para soportar el frío y la larga espera.


Mientras tanto en la espera, no fue fácil encontrar un lugar para sentarme en una banqueta, todo estaba lleno de corredores provenientes de cualquier rincón del planeta, incluso las áreas verdes las usaban para dormir un poco más. La mayoría caminábamos para no enfriarnos demasiado con aquella gélida temperatura. Los patrocinadores ofrecían regalos como gorros para el frío y desayunos como un bagel que podías comerlo con un café o un chocolate caliente.

El arranque: 

Puntualmente nos llamaron a los corrales unos 50 minutos antes, lo que significaba que estaríamos de pie todavía ese tiempo y moviéndonos todos hacia las 3 diferentes salidas. Había tenido un escaso calentamiento así que varios aprovechamos esos minutos para estirar y saltar un poco en los escasos espacios disponibles. Se acercaba el momento, la gente se veía muy segura, me daba la impresión de que muchos no la correrían por primera vez; yo si era de los novatos, estaba ansioso, ya quería empezar.

Traté discretamente de ver los números de los demás a mi alrededor para ver su nacionalidad y solo encontré a un mexicano junto a mi, los demás recuerdo eran de Francia, Italia, Suiza, Brasil, Japón, etc. después me enteraría de que fuimos gente de 121 países los que participamos.



A los elite nunca los ves, a menos que estés por salir casi junto con ellos; por ahí debía estar Juan Luis Barrios y Germán Silva (ganador por dos años consecutivos de este maratón) y los campeones de años anteriores como Gebremarian o Meb Keflezighi, pero en mi pronóstico apostaba por Geoffrey Mutai de Kenia ya que con su gran tiempo conseguido en Boston, aqui era de esperarse un desempeño similar y sin duda un nuevo récord.

La lluvia de ropa comenzó y todos a tirar  sudaderas, guantes, gorros, cualquier cosa que llevaras como extra para el frío. Todo sería recolectado para darse posteriormente a donación a varias instituciones.



Tras oír a Sinatra cantando en los altavoces el famoso tema "New York, New York", finalmente salimos a las 9:47 a.m. (al menos yo, ya algo cansado por la larga espera) con mucho entusiasmo eso sí, subiendo el más famoso puente de la ciudad: "The Verrazano-narrows bridge". Las vistas desde ahí son preciosas, panorámicas pero no te puedes detener, todos iban a buen paso, tanto hombres como mujeres, nadie quería quedarse atrás. Nos dirigimos hacia Brooklyn, donde no me esperaba tan buen recibimiento de tanta gente. Aquello era la locura y una gran fiesta deportiva, ahora lo sabía.

Mi plan de carrera era llevar un paso de 7:40 minutos la milla o ir debajo de 8 minutos por cada una, y llevaba 23:34 minutos en los primeros 5 kms. 

Había leído que este maratón no es para ir por récords por la ruta con tantos altibajos y porque comienzas ya tarde y algo cansado, que lo mejor es recorrer y disfrutar el maratón admirando la ruta; pero la mayoría van muy aprisa así que ¿cómo quedarse relegado?

Empecé a escuchar tal estruendo por la algarabía de tanta gente en ambos lados de las calles que no tardé en darme cuenta que ese domingo, una vez al año, la gente lo reserva como entretenimiento, como si fuera un carnaval que admirar. El griterío predomina por todos lados, incluso oyes el "México, México" muchas veces. Los miles de corredores estábamos "dando el show" y al menos yo me sentía feliz de ver tanto apoyo, mensajes escritos como "Oh Dios mío que bien se ven!", "Muévelas más", "No te des por vencido", etc. realmente nos reanimaban. Los espectadores cumplían con una parte muy importante y no podías dejar de dar lo mejor de ti.  Mis 10 kms. los hice en 46:33 minutos.


Manitas Mágicas:

Realmente la organización está de primer nivel, se cuida mucho a los atletas, aunque las televisoras solamente sigan a los élite, cada uno de los que estábamos ahí participando nos sentíamos como los protagonistas, y en realidad lo éramos, porque el esfuerzo es individual, porque es tu meta, tu sueño el estar ahí, porque son tus 26.2 millas, es tu carrera y nadie más la corre por ti.   Mis 15 kms. en una hora y 10 minutos. 

Me encantó como la gente te quiere saludar, sobre todo los niños, ellos extienden sus manitas mágicas ─que transmiten la vibra más pura que pueda haber─, para que los saludes, y sin detener uno su andar se les responde contagiado de sus emociones, de sus gritos. Por el sólo hecho de vivir eso, sentí que valía la pena estar ahí, aparte del ejemplo que les estábamos dando, pues seguramente algún día ellos también quieran experimentar el reto del maratón.




Mi medio maratón era ya en 1:40:23 horas, y subiríamos un puente más, ahora hacia Queens. Hasta aquí mi tiempo era el que quería, el planeado, sin embargo, como habíamos descansado muy poco el viernes 4 (la noche del vuelo donde mal dormimos máximo un par de horas) y sábado 5 (el día de llegada al aeropuerto, con prisa hacia la expo para recoger el paquete con el bib y camiseta, luego averiguar sobre como llegar a New Jersey que es donde realmente estaba nuestro hotel)... me estaba cobrando factura el cuerpo y las piernas cansándose antes de tiempo, ¡ah, esa pared!, ¿me llegaría antes que a los demás?, ¿habré comenzado muy rápida la primera mitad? Trataría de no pensar en eso.


Miles de corredores pasamos por Queens buscando la famosa y anhelada meta.

Aquí en el kilómetro 40.

Después de 30 kms. en 2:30:54 horas, Manhattan me parecía tan bella como eterna. Nos esperaba un cuarto puente para cruzar al Bronx donde solo se corren milla y media antes de regresar de nuevo a Manhattan usando un quinto y último puente; ése era parte del sueño de Fred Lebow, el creador de este maratón, llevar el recorrido de manera que pisaras los 5 suburbios (boroughs).

Mi rendimiento ya no era para nada igual, el cansancio acumulado de días atrás era lo que más me afectaba, había entrenado muy bien para esto pero al no hacer bien los planes uno mismo se "autosabotea", pero ya estaba ahí y pensar en lo negativo de nada me serviría. 

Se esfumaba mi tiempo estimado de llegada, originalmente había pensado en llegar entre 3:35 o si bien me iba en 3:20 horas, pero eso ya no sería posible, no este día, no en este maratón.
Las piernas parecían pesarme 30 kilos cada una, pero mientras no llegaran los famosos calambres yo seguiría adelante, "pasos cortos pero más rápidos", pensaba.

A la una y media de la tarde habia sido mi turno de llegar.

Emociones en Central Park: 

Al fin, a la mitad de la milla 22 ya estás en el enorme parque que igual llenísimo de gente que te anima y dice cosas agradables como que ya mero lo logras, que falta muy poco... y mientras vas ligeramente de subida y restando la distancia en cuenta regresiva.   Hasta aqui mis 40 kms. fueron cubiertos en 3:33:29 horas,  ¡ya debía haber llegado!

Hubo un momento de mucha emoción, pues caí en mi realidad de lo que estaba viviendo, estaba en Nueva York, terminando uno de los maratones llamados "majors", con una ruta hermosa pero más complicada de lo que me había imaginado. 
Faltaba muy poco, las piernas daban lo último que podían, y me daba cuenta que no sólo me pasaba a mi sino a muchos, como a un paisano que traía una camiseta con la bandera de México y decía algo así como: "Los compadres de no se que...", vi que caminaba a duras penas y lo rebasé, entonces aquel gusto enorme por ver a un mexicano entre tantos extranjeros (aunque nosostros también lo éramos) me salió lo patriota y me regresé unos 5 metros para emparejarme a él, le dije: "¡Vamos compadre no te me quedes atrás, ya mero llegamos y, sí se puede!"; él apenas sonrió, no dijo palabra alguna; entendí que le quedaban apenas energías como para tomar aliento, pero lo hizo, comenzó a trotar a mi lado. Seguimos juntos un buen tramo... yo lloraba y no sabía por qué, si porque ya estábamos por llegar y cumplir un sueño tan anhelado, si por lo del paisano que hacía un gran esfuerzo, o por la bonita manera en que éramos recibidos y animados hacia la meta por los espectadores; era como si te ahogaras pero en este caso por sentimientos y la gente eran las olas que te empujaban para que pudieras llegar a la orilla de la playa. Creo que fue todo en su conjunto, y pensar que eso de llorar en una carrera no lo creía en otras personas, menos que me fuera pasar a mi. 



 26.2 Millas

Llegué en 3:47:28 horas a la meta de acuerdo al chip, y lo más importante era eso, que había llegado. Recordé que mi anterior maratón no lo había podido concluir y que me salí en el km. 32 por una lesión, así que éste era de manera oficial mi tercer maratón y a pesar de todo lo que tuve en contra, resultó el más rápido de los 3, el más bonito, el más disfrutable y en donde había llegado supuestamente "entero" si comparo con los dos primeros.

Por tener una ruta espectacular, gente increíble animándote, un gran ambiente, no importa lo que te cueste el llegar a la meta, se lo recomiendo mucho a todos mis amigos corredores, y también a quienes algún día planeen volverse maratonistas.

Quedé en el # 10,275  de  47,438 corredores de todo el mundo, no muy satisfactorio para mi que siempre espero más de mi desempeño, pero en mi categoría fui el 1475 lo que significaba haberle ganado al 80.8% de la misma, entonces aquí me fue mucho mejor. Más lo importante es que tenía mi medalla, ¿qué más da el lugar?

¡Gracias a Lucy, quien me apoyó en todo, el logro era de ambos, lo habíamos conseguido!

Exhausto pero satisfecho con haber completado  la difícil ruta.


Como dijo Grete Waizt: "En la maratón de Nueva York todo mundo gana". 

 Datos interesantes:

 47,438 corredores lo comenzaron y lo terminaron 46,795.

 Se rompió el récord del maratón despues de 9 años, ya que Geoffrey Mutai lo hizo con  2:05:06 horas.

Juan Luis Barrios de México, termina en el lugar 13 general, en apenas su segundo maratón y convirtiéndose en el latinoamericano más rápido del evento.

Esta edición fue dedicada a Grete Waizt de Noruega quien falleciera el pasado 19 de abril y  quien ha sido la máxima triunfadora de este maratón al ganarlo en 9 ocasiones. 

Descansando en Central Park 3 dias despues del maratón.






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