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martes, 27 de septiembre de 2016

Entrenamiento en el Bosque del Cóndor


Un poco de altura viene bien como entrenamiento final para maratón. Ambos, Ninfa y yo nos lanzamos por diez millas, lo cual sabe a poco cuando asistes a un lugar tan singular como éste, y quisieras irte lejos, mucho más lejos, pero debes mesurarte y cumplir con lo que toca.



Hace ya unos seis años de la primera vez que tuve el gusto de trotar ahí. Recuerdo que resentí la altura, y que a duras penas pude cubrir 15 kms. Sólo fue falta de costumbre, ya que poco después volví y ya todo fue normal y por consiguiente, mucho más disfrutable.




Aquella muralla de árboles (de la foto) es por donde uno continúa si se busca algo más que 16 kms  y desde ahí te sientes en verdad que atraviesas un bosque. Es mi parte favorita del recorrido, el pasar por ahí cada vez que vamos por 25, 32 kms o una distancia mayor.




"Cuando no era corredor, soñaba con serlo. No fué fácil el proceso, pero de pronto un día, ya estaba disfrutando de lugares lejanos, de todo tipo de atmósferas, de la aromática naturaleza y de kilómetros con belleza inimaginable". 

Correr en el Bosque del Cóndor siempre resulta muy estimulante en muchos sentidos, tan sólo el contacto con la naturaleza te recuerda que estás lleno de vida y que merece la pena estar ahí.




Caminos anchos y mayormente de tierra, que se prestan para entrenar a paso fuerte, son el camino; por eso no es extraño encontrarse aquí a los mejores corredores de la región. Por mi parte, como aficionado que soy, espero volver para entrenarme para el medio maratón Silver Strand de noviembre, y posiblemente para un maratón decembrino.




Marco Jiménez  hizo una distancia mayor que la nuestra, a quien agradezco sus consejos, pues él es un gran maratonista, incluso acaba de ser aceptado en Boston, maratón que correrá en abril del 2017.
Ninfa Uribe, en éste caso fue mi compañía de inicio a fin en mi entrenamiento, ambos, junto a otros tijuanenses correremos un maratón en pocos días.







El antes (calentando) y después (la llegada) de correr los 16 kilómetros, de la señora Ninfa. Ella no quiso parar hasta no llegar al arco... no supe por qué, pero tal vez por su parecido a una meta de carrera, aunque sirvió para tomarle esta foto del recuerdo en la famosa entrada del Cóndor.



Marco quiere ir por los maratones "majors", yo llevo dos de esos y mi meta es parecida a la de él, aunque hay una veintena de maratones de México y fuera de mi país que me atraen y ¡los quiero correr todos!

Ninfa, ya lleva varios de los mejores maratones del país, entre ellos Mexicali, Tijuana, Coahuila (maratón Lala), Ciudad de México y próximamente, Querétaro.

Como le dije hace poco a un amigo: 

"Comencé corriendo sólo por adelgazar, jamás pensando en viajar para correr en otra ciudad... pero uno inicia en ésto y no sabe hasta donde sus pies lo llevarán".






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