Empecé a correr desde julio de 1999
Inicié a correr por bajar de peso. Después de adquirir la disciplina corrí por mejorar marcas, competir y subir a un podium. Hoy en día corro porque es mi forma de vida, es mi momento, mi terapia, mi descanso, mi pasión; así mismo porque me sigue dando esa adrenalina de saber que puedo ir más allá de lo que ni si quiera a veces me imagino.
No tengo una distancia preferida, responder eso es difícil porque he corrido desde 100 metros en pista hasta 80 kms y cada una tiene su peculiaridad y mis respetos, por lo que no podría decidirme por una específicamente, aunque, en las que mejor me han ido serían 5 y 10 kms.
Ya con varios años en esta disciplina-hobby es difícil escoger una carrera en especial. Sin embargo, una que me marcó y tan es así que sigo en este medio fue la Carrera de la CANACO 10K (agosto 1999). Fue mi primera carrera y llegué junto con la ambulancia, prácticamente caminando, pagué mi novatez ya que salí algo rápido y no me quise dejar de las demás personas, y sobre todo si eran personas muy adultas. En el kilómetro 6 me troné y me senté en una banqueta toda frustrada y un señor se acercó y me dijo: "Párese y siga aunque sea caminando". Él me acompaño hasta la meta y me iba platicando infinidad de cosas, era un corredor con ya varios años de experiencia. Cuando crucé la meta decidí que me iba preparar mejor y que iba a regresar el año siguiente y así fue de 1:15 horas que había hecho en 1999, ya en el 2000 hice 46:14' y obtuve el tercer lugar en mi categoría... fue mi primer pódium.
Cuando estuve en la universidad no pude sobresalir o despuntar en mis pruebas de 1,500 y 800 mts. pero en ese entonces se lesionó una corredora para los relevos de 4x100 mts. y esa misma correría 4x400mts. Así que el profe habló conmigo y me dijo: "Te ocupo aquí" y entonces ya era parte de los dos relevos y ese evento me marcó porque aprendí a enfocarme para una carrera de 100 mts que dura solo segundos y en la que tenía que dar todo de principio a fin y asímismo los 400 mts que duraba poco más de un minuto, y aquí aprendí a distribuir mi energía para poder cerrar con todo los últimos 120 mts., pero lo más importante es que aprendí a trabajar en equipo.
50K Nobel Canyon (18/sep/2015)
Llegué con todas las ganas y entusiasmo. Pocos sabían que no estaba bien de salud y en ese momento ni yo misma sabía que tenía, sólo era un agotamiento constante y para rematar unos días antes me dijeron que tenía tifoidea, aun así me encapriché y corrí, y les dije a unos del grupo: "Si me ven mal en algún punto de la carrera, no me dejen seguir". Arranqué relativamente bien, pero después del kilómetro 25 empezó mi calvario, mi energía se acababa y mis piernas no respondían. Cada paso que daba era un martirio. En tres ocasiones me tuve que parar y sentar en la tierra porque me mareaba. Literalmente hablaba con Dios y le pedía que me quitara el dolor y mareos para poder seguir, casi al borde de las lágrimas, pero yo misma me decía: "No vas a llorar porque tú decidiste estar aquí, cuando cruces esa meta llora todo lo que quieras". Y así fue, crucé en 8:42 horas, cuando el tiempo límite era de 9:00 horas. Este ultra me marcó la vida porque aprendí que tan fuerte es mi mente al dominar mi cuerpo, aunque también me concientizó que lo primordial es mi salud y no pasa nada si no corro una carrera en la cual ya esté inscrita.
La carrera que más me gustaba ya no la hacen hoy en la actualidad, se llama "Carrera sólo para Mujeres" de 5 kms; salía y llegaba en el CREA. Era padrísimo ver puras mujeres en la pista de todos colores y tamaños y mas que todo sabías bien en que lugar o nivel estabas y era de las carreras más rápidas que se corrían pues no te querías dejar y querías llegar lo mejor posicionada y sobre todo agarrar pódium por lo menos en tu categoría.
¡Wow! Contando esto pude recordar tantas vivencias buenas y no tan buenas porque ésta disciplina tiene sus altas y bajas.
─¡Gracias ZuLuz, por compartirnos estos momentos importantes de tu vida! (Héctor Buelna)
A veces uno no es capaz de darse cuenta de lo que puede lograr hasta que lo intenta o te dan un empujoncito, que emocionante crónica de Zuluz
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