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jueves, 31 de diciembre de 2015

Resumen Anual 2015

Correr y correr, ¿quién te persigue? Nadie en particular, solo mis sueños, los deseos por superarme, por vencer a las voces que gritan en silencio que no voy a poder más, por los que me miran pensando que ya me voy a detener. Nadie me persigue, pero hay miles de razones por la cual quiero continuar corriendo y que no enlistaré pero tampoco me olvidaré de ellas.



ENERO:

Comencé el año buscando fuerza, hice mucho cerro (el Colorado) a la vez que me servía para bajar ese par de kilos extras que como muchos, obtuve gracias a las bondades de las fiestas de diciembre.

¿Carreras? Solo entré a una, la 5k del parque Morelos en su segunda edición y fue muy motivante subir al podio en un segundo lugar de la categoría ampliada de 40-49, de haber sido de 40 a 44 me hubiera tocado quedar en primero. Me perdí La Enchilada una vez más.

El tema más visitado del mes:  El Corredor Extraviado en los Cerros. A mi mismo me sorprendió cuando lo escribí y me enteré del caso.


FEBRERO:

Me gustó mucho ir a entrenar un par de veces a Bonita en Rohr Park, muy bonito e ideal para subir y bajar con velocidad e incluso hacer distancia. Ya quiero volver. 

Carreras: 5k Centenario e hice 19:45 minutos. Solo esa, pues opté por entrenar más y participar en menos carreras.

El tema más visto del mes:  Y que también se convirtió en la entrada más leída del año que no se trata de una carrera en la que haya participado: Seguí a la Chica Sexy en la carrera. 
Ummm! ¿por qué será que esta temática gustó tanto? Les dejo el link:



Lucy resultó ser mi fotógrafa del año por sus buenas tomas.


MARZO:

Me enfoqué en sesiones de velocidad, es que las necesitaba, me sentía con los músculos amarrados y algo lento, y me propuse correr cuanto Medio Maratón se me pusiera enfrente.

Carreras:  El Medio Maratón de Mexicali en el cual tuve mi mejor participación de 6 que llevo. Y quince días después regresamos por el medio maratón del Cetys, en un nada mal lugar 34 de 340 corredores.

La entrada más gustada: Sin duda la del Medio Maratón de Mexicali, y no solo del mes sino de todo el 2015, cortesía de los runners de Mexicali... gracias!



ABRIL: 

Como olvidar ese 30k que me aventé desde Playas de Tijuana hasta Popotla, no solito, Lucy me hizo el favor de esperarme en varios puntos del recorrido para la bebida... fue duro terminar, pero satisfactorio al final.
Hacer drills al entrenar resultó básico y necesario para mejorar.

Carreras: Fuimos a Ensenada a correr el Medio de Running Motion, un evento super bien organizado, que lo manejan como de entrenamiento para el "medio" oficial que es en mayo, pero en éste dieron hasta mejor camiseta, medalla y todo en un evento gratuito y corriendo la misma ruta del medio maratón oficial... está para repetirse.

El mejor entrenamiento: Hacer un 3x5000 me ayudó a recuperar la velocidad y atreverme a buscar un nuevo récord personal en los 21 kms.  Hice ese entrenamiento dos veces en un mes.

En el Medio maratón de Mexicali


MAYO:

Continuaba con tiradas largas con la mente puesta en el Maratón de San Diego, mientras tanto iría a probarme nuevamente en Ensenada, al Medio Maratón. Un mes en el que seguí entrenando en el cerro Colorado.

Carrerras: Me fallaron un poco las estrategias en la búsqueda de 1:30 horas en medio maratón, ─ahí en Ensenada─ pero pensé en lo mucho que había entrenado y que no dejaría escapar fácilmente mi nueva marca personal, y la conseguí, 1:31:11 horas. Era para más, pero me desquitaré en la próxima.

El 31 de mayo fue el Maratón de San Diego, uno que me llenó de diversas emociones y tuve la satisfacción de cruzar su meta con mucha fuerza. Ahí logré el que hasta hoy es mi récord personal de 3:39:26 horas, que tratándose de una ruta muy complicada con un incesante sube y baja, me supo a gloria el resultado, sobre todo porque no hubo calambres. Tuve que secar algunas lágrimas que cayeron sobre mi medalla.

El tema más visto del mes:  El de ese evento del Medio Maratón de Ensenada, que cada año me sorprende como supera en visitas al de Tijuana y Rosarito.

En Ensenada, medio maratón llamado Running Motion. Aquí a punto de llegar.


JUNIO:

Carreras:  La de los Médicos 5k  se cambió de lugar, la movieron a donde está el Museo el Trompo, pero de ser de mis favoritas de cada año, no va a sonar bien que lo diga, pero la echaron a perder, pues ni siquiera resultó de 4 kms. sino de 3.8... y yo que por primera vez llevaba velocidad para correr un 5k debajo de 19 minutos... me frustaron con eso. Va en picada su organización año tras año. Probablemente ya no la corra.

Medio Maratón de Rosarito, el primero de manera oficial del Imder. Fue muy caluroso el día y nos tocó con pura subida de regreso en un circuito de 10.5 kms de ida y vuelta. Aquí pude conocer a un amigo corredor, hasta entonces amigo virtual de Alisitos, Leopoldo Espinosa, que si no voy a buscarlo por la ruta a encontrarlo, aun no lo conocería. La narración sobre este evento fue el más visitado del mes.


JULIO:

Carreras:
Resultó interesante correr desde el parque Morelos hacia el parque de La Amistad, es decir, subiendo por la central de autobuses. La carrera fue: Día internacional del árbol de 7.7 kms. No me fue muy bien; fue uno de esos días en que el cuerpo solo pide un trote tranquilo y no velocidad

Al final del mes fue el tan esperado Maratón y Medio Maratón de Tijuana. Mucha expectativa y revuelo, todos entrenando para una u otra distancia. Yo siempre me lanzo por los 21 kms.

Habrá quien diga que fue todo un éxito, pero a mi no me lo pareció, muchas fallas no se mencionaron en los diarios. No porque haya más participantes cada año es más exitoso un evento, eso de poco sirve si descalificas a un atleta olímpico que nos honra con su visita ─por errar su entrada de maratón, anulando de este modo su descomunal esfuerzo─. Camisetas talla small para muchos que no llegaron en determinado tiempo... medallas de maratón para la mayoría de los "medio maratonistas", no eso estuvo fatal!  Y aun el trato de algunos miembros del staff hacia los corredores dejó mucho que desear. Por favor, primero denles un curso de actitud de servicio o pongan a gente que lo haga por gusto, no por obligación o compromiso.

El tema más leído:  Precisamente el de éste evento que desató gran polémica en facebook, del Maratón y medio maratón de Tijuana. Yo, sigo sin ganas de correr los 42.195 kms en mi ciudad.



En el Medio y Maratón de Tijuana.


AGOSTO: 

En este mes si que participé en carreras, pues fui a cuatro:

Carreras:  5k del Frontera, 5.5k del Parque la Amistad, 10k Canaco y en la que hice el oso de llegar tarde a la salida por distraído, la 5k del Florido, donde primero salieron los hombres, minutos después las mujeres, y un minuto después... yo solito, a rebasar a cuanto runner pudiera.

La de Canaco 10k hice 41:44 minutos, pero por arreglos en una calle nos hicieron perder ritmo al doblar una calle extra y agregar unos 150 metros de más. Tacha! de por si que no quería participar ni pagar por correr cuando puedo correr mucho más distancia por mi cuenta... y hacerlo gratis.


SEPTIEMBRE:

Carreras:

Primer Maratón del Puerto de Ensenada. Por ser el primero no me quise quedar fuera. Fue mucho más retador de lo que pude haber imaginado, sube y sube desde el km,6 hasta el 30, y el calor desatado. Fue muy satisfactorio el sentir como me recuperaba en el km.40 y pude cerrar debajo de 4 horas para quedar en un tercer lugar de mi categoría. No hubo buenas marcas debido a las condiciones, pero lo importante para mi es que podría hacer cuatro maratones en el año, puesto que me quedaban dos en la mira.

La carrera de la Independencia (subiendo a la Col. Francisco Villa) poco después del maratón, era otro buen desafío, pues me gusta aquí buscar siempre hacerlo más rápido, mi marca no la pude mejorar por solo 6 segundos, algo me falló, mi nueva marca la tuve, era mía... y la dejé ir.

En ésta carrera finalmente conocí en persona a Angélica Alejos, una chica corredora carismática y que al igual que con su hermana Silvia, un año antes me colé en una selfie de ellas sin saber quienes eran, luego ni me presenté en ese momento ─por la pena de mi atrevimiento─, pero el destino me llevaría posteriormente a conocerlas y a valorar tan bonitas amistades. 

Pocos días después de la carrera anterior comprobé que no debí emocionarme y correrla (Independencia) pues no me se contener y me fui con todo también en el Medio Maratón de Tecate

El calor se lució, comenzamos a 30 grados celcius y al terminar ya era de 36 grados... me supo como a 30 kms. por el esfuerzo, sin embargo, me gustó la experiencia aun con semejantes subidas. Parecía maratón, a mucha gente le fue bastante mal. Quiero repetirlo en el 2016 cuando sea la tercera edición.

La entrada más popular del mes: El Maratón de Ensenada, y eso fue una sorpresa puesto que fue un evento limitado a 500 corredores y participaron menos de 400. 


Espero no sea la única vez que conozca un podium por correr un maratón.


OCTUBRE: 

Por quedarme en fechas tan cercanas las 3 carreras que hice en septiembre, mis pantorrillas me dolían, y estaba mal de un tendón de aquiles; pero me puse en manos de mi masajista de cabecera (Mary Torres) Me devolvió los ánimos, pues me deprimía no poder correr, menos estando ya inscrito para el maratón de Las Vegas. Hasta pensé en cancelar mi participación. 
Al final del mes, 30 kms a buen paso y sin dolores me regresaron la confianza de hacer un buen maratón en Nevada.


NOVIEMBRE:

El maratón de Las Vegas resultaría en toda una experiencia de vida. Bajas temperaturas, lluvia por ratos y vientos tan o más fuertes que los santa-ana se sumaron a la distancia de maratón, que por si fuera poco se corrió de noche (eso me gustó) y agregaron unos 600 metros de más, ¿la razón? es un misterio, pues se supone que en estos eventos internacionales se cuidan muy bien todos los detalles.

A pesar de todos los obstáculos fue uno de mis mejores maratones en relación al tiempo que hice y que pudo haber sido mi P.B. si el clima hubiera sido benévolo. Hice 3:47 horas.
Fue muy grato el coincidir allá con buenos amigos corredores de Tijuana. Ojalá se repita en otras ciudades.

Solo publiqué dos veces en el mes, y el de Las Vegas Marathon fue bien recibido.

Amigos Tijuanenses y yo, reunidos un par de horas antes de enfrentar al maratón de Las Vegas.


DICIEMBRE:

Ésta vez, menos piernas tenía para pensar en otro maratón, señal de que hice un buen esfuerzo en Las Vegas, pasaron unos 15 días y aun no me sentía muy bien, y el maratón de Mexicali ya estaba en puerta. ¡Pero yo quiero correrlo! me dije, es la edición #50, es mi oportunidad de por vez primera hacer 4 maratones en un año... y me inscribí.

Fue complicado, no llegar ni al 90% de recuperado de un maratón que se corrió apenas un mes antes y del que tuve que atenderme el nervio ciático para tener otro 42k algo decente y sin dolores.
Y me fue muy bien, que cerca estuve de mi récord personal y fue el mejor maratón que he corrido en Mexicali, el ya famoso maratón Gobernador. Una preciosa medalla dorada nos dieron y la mía me indicaba que ya sumaba 16 maratones en mi cuenta. 

Cumplí en hacer menos carreras y entrenar más, sobre todo evitando las de lucecitas, polvos de colores, de zombies, de chacoteos en lodazales o disfrazado de algo.

Fueron 2646 kilómetros corridos en el año. Cifra con la que supero al 2014 y cualquier año anterior.

Gracias a todos por su amable visita y por todos sus vistazos a éste blog durante el 2015.

Mis mejores deseos, amigos corredores, que venga un 2016 colmado de mucha salud y logren correr todos los kilómetros que quieran, que bajen todos los kilos que decidan y rompan todas las marcas que se propongan... aunque no olviden, que lo primordial es ganarse a uno mismo. ¡Hasta pronto!

Héctor Buelna M.











miércoles, 16 de diciembre de 2015

Maratón Gobernador 2015

Imágenes 1, 2 y 5 de Yo también corro en Tijuana.

Ya hace ocho años de mi debut como maratonista. Fue en Mexicali. Llegué tan tronado a la meta, con las piernas gritando clemencia que ya no quise saber más sobre maratones... no hice las cosas bien para disfrutar mi debut, casi no conocía a corredores en ese entonces que me aconsejaran sobre como hacer las cosas, ni siquiera busqué información en internet. Pero el tiempo lo cambia todo.

No me fui muy entero al maratón de Las Vegas por que después del medio maratón de Tecate me surgió una lesión. Tuve que ir con mi amiga Mary Torres como tres veces a masajes, y como ya les conté correr allá no fue nada fácil, que me esforcé lo más que pude para contrarrestar el clima que parecía imposible de domar. 

Dos semanas después me dí cuenta que no me estaba recuperando bien, tenía aun efectos secundarios en mis piernas e incluso en los bronquios, pues aquel frío, viento, polvo y lluvia los enfrenté sin usar protección alguna para ese implacable clima al que nos enfrentamos... y de noche.



Sin embargo, semana y media antes del "Gobernador" salí a correr 32 kms con algo de voluntad, con ganas de cruzar otra meta en Mexicali, No me quería quedar fuera de la celebración del 50 aniversario de este evento, y adicional que era mi oportunidad de hacer por primera vez cuatro maratones en un mismo año, pues siempre hacía dos o tres solamente.

Me dije: "éste maratón siempre lo corro relajado y conformándome con hacer un tiempo debajo de las 4 horas. No vengo al cien de recuperado del maratón Las Vegas, no vengo ni al 90, pero le voy a echar ganas y en una de esas rompo mi marca personal o si no sucede eso al menos mi marca mexicalense si podré romper".

Y, ¿cual frío de 8 grados celcius? Ya al comenzar, el calorcito invade todo el cuerpo y te dejas llevar por una fuerte marea de corredores, donde sientes que vas siempre en la cresta de la ola. 
Las emociones por ver a los amigos que te pasan, que los dejas o que van del otro lado del camellón te hacen sonreír, saludar, platicar (aun corriendo) o darles algunas palabras de aliento... eso hace mas bonito lo bonito, y en parte por eso este maratón es especial, en él nos encontramos casi todos los corredores locales, aunque siempre se resienten alguna ausencias como Fermín Mendivil, Heriberto Rodarte y Víctor Puma, que en mi caso los extrañé, y yo necesitando venaditos y depredadores para apurar el paso.



Las calles poco a poco se comenzaron a llenar de automovilistas inquietos, apurados porque les dejáramos el paso libre. Un día con clima ideal, perfecto para correr, frío pero con sol. Yo buscando hacer 21 kms en 1:40 horas. Confiado en poder aguantar ese ritmo por muchos kilómetros.

Resultó que el tapete electrónico estaba mucho más adelante, una vez que pasamos por debajo del tunel que es corto, si acaso de unos cien metros, enseguida subes y luego el reloj ya marca la distancia de medio maratón, pero el tapete estaba como en el km. 21.5  "Si es que el Gps no me engaña ya nos están poniendo distancia de más", pensé.

Tuve ganas de detenerme, de estirar las piernas, pero no, mejor le seguí, ya lo haría más adelante, pero era señal de que los kilómetros finales me iban a costar mucho trabajo.

En el km.28.5     Foto que me tomó mi suegra Luceida.

En el km. 28.5 me sale al encuentro Lucy, su mamá y su señor esposo, me alegraron el momento, ella me tendió una bebida de medio litro y mi suegra me tomó varias fotografías. En verdad que me dio mucho gusto, pues me salieron al paso dos veces en el recorrido pero en esa segunda ocasión me fue más emotiva porque no los esperaba de nuevo y menos con ese detalle de la toma de fotos.

Km.30  Estiré brevemente por unos segundos, cosa que no me gusta hacer pero la veo necesaria, y a seguirle sobre la dureza de las calles mexicalenses. A partir del km 32 las cosas se me estaban complicando, que ni geles ni el agua que daban me alivianaban, había perdido ya muchos electrolitos y por consiguiente la energía ya escaseaba. Yo siempre espero esas molestias pero a partir del km. 35 o 38 no antes. Así que ni modo, a como salieran esos últimos 10 kms que hay una meta esperándome.

Sabía desde un principio que me había arriesgado al comenzar tan fuerte (que para mi lo es), pero quien no toma riesgos ¿como averigua si lo pudo haber logrado?
Kilómetro 34 y las porras de la gente que vive frente a la línea (que Trump desea elevar como muralla), ah como ayudan esas voces dando ánimos; por ahí estiré nuevamente al sentir como se me querían acalambrar los muslos, y luego las pantorrillas, debía y quería evitar que esos dolores llegaran, que aun llevaba buen tiempo.

Angélica y Silvia Alejo, hermanitas corredoras y Consuelo Calvillo juntas por el km. 22.

Vi a caminar a un corredor llamado Carlos que he visto en Tijuana, supe su nombre cuando oí que lo nombraron al echarle porras algunas personas desde la banqueta, e igual le aconsejé: "vamos échele ganas que ya nos falta muy poco", y dejó de caminar, trotó hasta emparejarse conmigo y me dijo: "ya no traigo nada de piernas", "estamos igual, y yo con mis calambres que me quieren dar" le respondí. Eso nos ayudó mutuamente, pues avanzamos al menos un kilómetro sin rajarnos, pero de nuevo paré por un instante y le sugerí: "¡vamos Carlos!, si sigues con este ritmo llegas en 3:39 a la meta", pero él me esperó. Agradecí ese gesto en mi alma. Le seguí, tratando de regresar a ritmo mis agotadas piernas... aunque me frustraba un poco ─solo un poquito─ ver que en cada señal de kilómetro en realidad mi reloj indicaba 500 metros de más, es decir, llevaba 40.5 kms mi gps pero apenas llegábamos al señalamiento del km.40... bueno, ya me tocaba correr otro ultra, pensé tratando de ser optimista.

Nos acompañamos como hasta el km.41 Carlos y yo, luego, poco a poco lo dejé que se fuera adelantando. Iba a estirar de nuevo, cuando en eso me pasa una admirable corredora de Tijuana, Zoyla Ríos, que me dice: "Vamos, vamos, ya llegamos", que mejor no estiré y le seguí, me fui tras ella.
Y como suele suceder, ya faltando poco todos vamos aumentando el paso, y desde luego, ya no me importaba lo que me pudiera doler, aunque me diera un fuerte calambre frente a tantos espectadores empujándonos con sus aplausos hacia el ya inminente arco de la meta, aceleré.

Antes de comenzar el calentamiento, me gustaron los autos antiguos
que exhibían y dije alto y foto aquí.  Lucy mi fotógrafa.

En zona de meta, es curioso, como sales de ahí mismo horas antes, rodeado de tantos otros corredores, pero llegas casi en solitario. Carlos y Zoyla apenas entraron unos segundos antes que yo. 

Siempre se disfruta hasta de la voz del señor Ricardez que anuncia tu llegada por el micrófono, de la intención del joven que te quiere poner una cobija encima para protegerte, de la guapa chica que te cuelga la medalla en el cuello y te felicita (y agradeces en el pensamiento que no la entreguen en una bolsita y te la den en la mano como si fuera una compra). Y de caminar esos 50 metros finales, para por fin relajar la respiración y el cuerpo entero; disfrutando de tu osadía de otro maratón cuando apenas un mes atrás hiciste el anterior... de pensar que tu gps marcó 3:38 cuando era la distancia correcta de maratón y que eso significaba un nuevo récord personal, que no valió ahí por tener casi 600 metros de más, pero que más da, fue mi mejor marca mexicalense (3:41:43) y se que puedo hacerlo mucho mejor.

Foto y medalla de Marco Antonio Valencia. Edición: Buelna.

¡Qué medalla tan bonita! dorada, redonda (como deben ser las medallas) y más grande que todas las anteriores que han entregado. Fue muy satisfactorio, y sobre todo por el trabajo que me costaron los últimos 10 kms. y por haber logrado por fin, completar cuatro maratones en un mismo año, que hice muchos medios maratones, y algunas carreras de 5 y 10k , pero con la distancia reyna del atletismo me lancé a enfrentarla cuatro veces, ¡cuanta locura! que es poca cuando pienso en lo que otros amigos logran. 

"No existen los límites cuando pones un pie delante del otro, si tu crees que puedes hacerlo vas a poder".




Maratón dedicado a:

Mis padres  Héctor y Rosario, jamás olvidaré que antes de su partida ella me dijo: "Hijo, que bueno que corres, sigue corriendo".

Al gran señor, destacado artista y deportista tijuanense Vicente Huezo Suárez, que enterarme de su fallecimiento al despertar este mismo día del maratón me hizo reflexionar y me puso húmedos los ojos a pesar del frío, cuando le recordé y me le quedé viendo sorprendido al lucero del alba, tan grande, tan brillante, debe ser Venus, pero ésta vez en especial lo vi mucho más grande en esa oscura madrugada... allá, hacia un lugar lleno de luz espero viaje y descanse en paz su alma. ¡Fue un placer conocerlo señor Vicente!

Y por supuesto, gracias a mi hermosa compañera Lucy quien me ayuda a hacer todo esto posible.

Gracias a los amigos, por sus fotos, saludos, abrazos, palabras de felicitación, en especial a los Berrendo, ¡qué equipazo que son y grandes seres humanos!... ya saben que esto es mutuo, se les estima!








martes, 1 de diciembre de 2015

Corredor de Otoño

Aquella mañana en la playa, fue lo que deseaba que fuera, fresca, soleada, con un horizonte resplandeciente de azul. Trotar en esa arena de Rosarito a finales de septiembre resultó una terapia totalmente relajante tanto para mi papá como para mí... descalzos, sintiendo como ligeramente se hundían los pies, alternando entre lo blando y lo duro del suelo arenoso, que masajeaba y entibiaba además las plantas, desde el talón hasta la punta de los dedos.

Entrenar en verano, o lo que quedaba de él, para correr un maratón en pleno frío de otoño en Nueva York, fue algo curioso, pues casi fue como tener calefacción en casa y salir a correr con un frío que acicalaba de blanco el césped, habiendo convertido el rocío en nieve, y con aquel aire tan seco como hélado.


Caminar en Central Park, mientras anhelas que el sol caliente y saque a relucir los mejores colores de todos esos árboles plantados desde el siglo XIX.  Reconocer el camino que se desea interminable, de como pasamos un día antes, miles de corredores por ahí, buscando la meta del maratón, algunos velozmente, levantando la hojarasca al pasar, y otros ─como yo─ apenas haciéndolas crujir con pisadas lentas y cansadas mientras vamos con ojos llenos de lágrimas sin saber exactamente el por qué de esa confusa mezcla de sentimientos. 

Un día después ahí, recorriendo a pie, reviviendo el reciente pero magnífico evento y ese extraordinario escenario, para atesorarlo en mente y alma para años venideros. Vimos como corredores iban y venían, de modo que con todo y el cansancio, el dolor muscular que aun cimbraban mis piernas, aun así anhelaba moverme como ellos; hacer lo que veía que tanto disfrutaban, pues era como tener hambre, ver comer y no poder hacerlo. Así era ver a esos trotamundos sacudiéndose la frialdad de noviembre con mucho más gusto que sacrificio ─de eso estoy convencido─ en el corazón de Manhattan.



En Mariposa California, la experiencia no sería menos que deliciosa para los sentidos aventureros de un corredor. Solo cambias de lugar, aunque sea la misma estación del año y te espera una atmósfera diferente, envolvente, seductora.
Mi tío entendiendo que solo eran pocos días de vacacionar en su ciudad no desaprovechó la oportunidad de mostrarme que él también tiene el bendito hábito del trote, que aun gusta de proteger y preservar su salud a pesar del paso de los años... me mostró con entusiasmo su foto de cuando corrió un maratón, el de Big Sur en Monterey, cerca de su casa principal en Salinas, tratando persuadirme de que debía vivir la experiencia de esos 42.195 kilómetros. No tuvo que afanarse en ello.

Sobre Mariposa, ─área que forma parte del parque de los impresionantes árboles de sequoia y tierra de osos─, estando ahí, aquella temprana mañana mi tío se puso los tenis ─acto que me sorprendió─, me invitó a trotar junto a él, y yo ni tardo ni perezoso lo imité. Nos alejamos dejando el suelo terroso que rodea su casa, bajando por calles pavimentadas en cuyos costados solo se puede ver un espeso y fragante bosque de pinos... resultó de lo más relajante ese paseo, con ese verdor. Casi no había casas, solo se divisaba una a lo lejos, cada doscientos metros

Pude detectar que el aire anunciaba una próxima nevada, pero lo mejor, que éste era oxígeno puro, totalmente puro y no solo aromático. Avanzando en una ondulante calle, el panorama cambiaba con un lago abajo y sus respectivos patos disfrutando su hábitat, y yo deseando que el mío ─hábitat─ fuera ése, el que en ese momento recorría y que se me antojaba interminable.



Varias manadas de venados nos sorprendieron,─a mi sobre todo─ y ya no era un venado solitario por aquí o uno por allá, eran ya manadas enteras que de cruzaban de improviso delante de nosotros... algunos corrían en fila india y otros dejaban de comer las manzanas del amplio campo al vernos ─que tenían por patio los vecinos de mi tio─ para luego huir, al menos de la vista de los humanos.

Nosotros sin parar, sumando más de seis kilómetros. Yo, admirado con el entorno, lamentándome por dentro, por que solo sería ese día y debíamos volver a Salinas a la mañana siguiente... pero por el momento, intensamente absorbía esa vida fresca y novedosa para mi, sino es que ese bosque de coníferas era quien absorbía un poco de mi vida esa mañana de octubre.

En otoño, luchando contra gélidos vientos, contra polvorientas ventiscas santa-aneras, con lluvia que se torna fría y que te puede poner a temblar. Con madrugadas oscuras que enrojecen la nariz y entumecen las manos, con atardeceres que mueren con prontitud y nos dejan correr a la suerte de luces artificiales... ¿que nos detiene cuando ya se está acoplado con la naturaleza externa y a sus cambios? 
Te das cuenta que no has parado y que adoras el dejarte conducir por el otoño, corriendo con escaso sudor... corriendo por decenas de minutos, quizás por horas, simplemente quieres más.



lunes, 23 de noviembre de 2015

Las Camisetas de Corredor, ¿Qué hacer con ellas?


Emery Pérez corriendo en Rosarito.     Fotografías de Yo también corro en Tijuana.  

Revisas tu closet un día y ¿qué te encuentras?: tennis, calcetines, shorts, gorras, gafas oscuras y la mayoría son esas t-shirts que se desbordan de los cajones, las famosas y tradicionales camisetas de corredor.

Tantas camisetas que no sabes que hacer con ellas. Te preguntas y sacas cuentas ¿pues cuantos años llevo corriendo? o ¿cuantas carreras llevo ya?  No te vas a poner a contarlas pero tu mente comienza a trabajar, a ponerse curiosa, ingeniosa, hasta creativa... desechas algunas ideas y otras, las viables, las dejas ahí, y puede que le digas a algunas de tus mejores ideas: "No se me vayan a ir, para llevarlas a cabo un día de estos".

Pero entonces, ¿qué haces? "Regalas algunas, por las que no sientes nada especial, pero te aferras a otras (bueno eso me pasa a mi), obvio piensas que las de algodón ya son cosa del pasado, y solo te quedas con alguna de una super carrera que hayas tenido, quizás de tu primer maratón o carrera de 10 kilómetros que más rápido has recorrido".

"Yo me deshago de las de algodón, quería quedarme solo con las dry fit, pero ahora ni esas caben ya en los cajones ─pues ahora ya es más común que den de las dry-fit y son escasas las de algodón─.  Así que también he de seleccionar entre esas con cuales me quedo".

"Ya he regalado y donado muchas camisetas, solo que sí me quedo con las de maratón, son mi orgullo, inclusive les doy muy poco uso para que me duren. Pero puede que llegue el día en que ni esas quepan en la maleta, lugar destinado para preservarlas según yo por más tiempo, y así evitar ponérmelas lo menos posible".

No falta quien confiese: "Tengo los cajones repletos de camisetas, y unas cajas aparte llenas con otras más"... y al escucharlo yo pensé, ¿donde he visto esto?  Porque la verdad ni te las pones todas, no las usas todas.
Esto es señal de que se es un corredor constante, uno más como miles de Tijuana y del mundo.

Y, ¿por qué algunas no las usas? Tal vez no combinan con tu ropa favorita, la talla está rara (no te ajusta bien al cuerpo), el estampado no te convence, que se yo... ¡ah pero ahí las tienes guardadas hasta que les llega su turno! 


"Es más, si son de algodón las que estén entregando en alguna carrera, mejor ni voy por ella, no hago la fila, o bien, de inmediato busco a ver quien no alcanzó una y se la regalo, ya que hay gente que corre para ganarse una y poder demostrar  a sus familiares y amigos que ya corre, y que mejor que portándo la camiseta que se acaba de ganar con mucho sudor y esfuerzo".

¿Qué hacer cuando ya tienes demasiadas camisetas de corredor?:

─Puedes poner una venta de garage, y aprovechas para sacar todas las camisetas que ya no quieres.

─Te sentirás bien si se las donas a gente de bajos recursos. O si prefieres las regalas a algunos miembros de tu familia; podría darse el caso que uno de ellos deje la vida sedentaria y se inspire al usarla y diga "ahora yo también voy a correr para ganar mis propias camisetas".

─Tengo un buen amigo que nunca se compra las de tirantes, solo gusta de recortarles las mangas a unas cuantas y listo!  Él feliz haciendo ésto.

─Es posible que de las que te quieres deshacer, una te guste su color o diseño, y se te ocurre que puedes forrar con ella una ligera tabla rectangular, le agregas varias argollas en la parte superior y te has hecho de un medallero personalizado. (Yo no lo he hecho, solo sugiero la idea).



─Si eres mujer (o igual un hombre con creatividad y gusto por manualidades) bien podrías hacer forros de almohadas o cojines, sleeping bags (bolsa de tela para dormir). Puedes recortar varias y hacer una manta o cobija, etc. Hay muchas maneras de reciclar y sacarles provecho a tus viejas prendas deportivas.

Las carreras te cuestan dinero, eso nos queda bastante claro, así que no es nada descabellada la idea (volviendo a ella) de ganarse un poco de dinero al venderlas, pero te das cuenta que no sabes o no te gusta vender, pero si consideras que te puedes reunir con amigos corredores y entre varios poner esa "venta camisetera" podrás pasar un día muy ameno, de buen convivio, charlando de tu deporte favorito y próximos retos, mientras van yéndose poco a poco esas prendas que por fin van a ser útiles para algo y para alguien.

Camisetas que quizás tengan un valor para nosotros, pero no para quien las compre. Que se las lleven ya de tu vista, así que a despacharlas!

Ahora que, si tienes alguna otra buena idea que no se me ha ocurrido, por favor compártenosla.

─Texto e idea de esta entrada: derivados de una charla por demás entretenida entre Emery Pérez Johnson y un Servidor.







martes, 17 de noviembre de 2015

Las Vegas Marathon 2015



 Se suponía que no habría muchas sorpresas en cuanto al clima, si ya vimos el pronóstico ya sabemos que esperar, pero a veces la realidad supera y por mucho a lo que uno se pueda imaginar.
Nunca he corrido una distancia larga de noche, mucho menos un maratón, y éste sería en la famosa ciudad de Las Vegas. Sería mi maratón #15 si cruzaba esa meta. Vamos por esos 42.195 kms.

Caminando por cerca de una milla para llegar a los corrales (grupos separados para salir por tiempos, uno cada minuto) y los vientos ya estaban fuertes, era divertido ver a los entusiastas corredores como corrían a levantar lo que el aire trataba de arrebatarles. Muchos teníamos frío, yo trataba de bloquearlo en mi mente, pues no llevaba manga larga, en fin que ya corriendo ¿cual frío?
Lo que sí considero que hice  muy mal fue desayunar tarde, a las 11:30 a.m. puesto que mi estómago lo sentía pesado, inflamado... que me sirva de lección para la próxima.

Aflojé piernas haciendo estiramientos dinámicos por un rato, recargado en una palmera del camellón.
Luego fui a meterme como pude al corral 5.  Activé el reloj para el Gps, pero no agarraba señal... salió el corral 1... sin señal el relojito. Salió el corral 3... trataba ya de encontrar señal, y posiblemente afectaba el cielo nublado. Corral 4 sale y mi Gps tomándose todo su tiempo... anuncian que sale el corral 5, es el mío, y justo ahí el Gps despertó y estuvo listo justo a tiempo... eran las 4:35 p.m. de esa tarde del 15 de noviembre del 2015.
Sin más preámbulo ¡Vámonos!



Éramos miles, pero la gran mayoría se lanzaba por el medio maratón, tal como pasa en San Diego.
Los primeros kilómetros sería buscar mi paso, aunque se me dificultó tomarlo pues tuve que evadir a mucha gente, esquivar, rebasar, ir a hacia los lados, pero aun así lo disfrutaba pues es parte de esto. De hecho se siente muy bien hacer rebases. Llegué al km.5 en 24:23 minutos, no tan rápido como quería pero aun así un paso que sería bueno aguantarlo hasta donde se pudiera.

Correr por el Strip de Las Vegas es realmente grandioso, la ciudad de noche luce en todo su esplendor, lástima que no podía apreciarlo muy bien, ya que el viento iba y venía, caprichosamente tomando cualquier dirección, y por no sentir el polvo en los ojos por momentos los cerraba perdiéndome de lo que había alrededor y hasta de las porras de la gente. Por lo mismo de las ráfagas de aire, me llevaba una mano hacia el número de mi camiseta para que no me lo fuera a arrancar. Pero no me quejo, en realidad me iba divirtiendo con todo eso, novedoso para mi.

Vi a Lucy y me alegró aun más, que si no grita mi nombre no me hubiera dado cuenta, pues las multitudes tras las vallas eran cuantiosas. Muchísimos espectadores echando porras, como debe ser en todos los maratones, o como quisiéramos que fueran todos.

Conseguí 10 kms en 48:15 minutos, un tanto reservado, aunque ir en línea recta nos estaba ayudando a mantener ese paso. ¡Oh-oh!  lluvia ligera, intermitente, prefiero lluvia que viento.

15 kms. y ya dábamos vueltas de un lado a otro, girando entre calles viejas pero nuevas para mi. A punto de cumplir las primeras 10 millas y la lluvia se soltó pero bonita, fresca, agradable, pues no sentía el frío del aire en esa zona de la ciudad... siempre había querido correr en competencia bajo la lluvia, y de noche que mejor!

Foto provisional

Luego llegué al punto de separación de los medio-maratonistas que seguirían derecho por lo facilito, plano y del bulevar Las Vegas. Nosotros doblamos a la derecha, hacia donde enfrentaríamos incontables vueltas y algunas buenas subidas.

Medio maratón en 1:44:56 horas. No estaba resultando tan sencillo como creí que sería, pues imaginaba Las Vegas muy plana en sus calles, más no fue así para los maratonistas. Tenía programado hacer los 21 kms entre 1:39 y 1:43' horas, pero las condiciones del clima no estaban cooperando ni tantito. Aun no me cansaba, pues como no sudaba mucho como suelo hacerlo, seguía con rendimiento y procuraba no aflojar el paso.

Que increíble fue ver a un corredor que ya venía de regreso, él en solitario, como diez minutos delante de su más cercano perseguidor, después me enteraría que ganó éste corredor olímpico, proveniente de Inglaterra.

Un corredor vestido de Elvis Presley se hacía notar no solo por su vestimenta sino que en verdad era un gran atleta, iba corriendo muy fuerte. Llegaría él en octavo lugar general a la meta. Por otro lado, en contraste, ya se veía a uno que otro runner caminando. Lo mismo que me pasó a mi en esa misma ciudad  seis años atrás, que en aquel entonces apenas era mi segundo maratón. 

Hubo que subir un tramo para llegar al km 25 y dar vuelta en U, para bajar y regresar, fue ahí donde al fin vi a otro corredor de Tijuana, Adán Morales, quien traía buen paso y venía a menos de un kilómetro detrás de mi, "seguramente me va a alcanzar, y si se me empareja le seguimos juntos, y si me pasa me dará gusto por él y le desearé suerte y ánimos" pensé. No obstante, fue la única vez que lo miré, igual pensé que tal vez me rebasó y no me di cuenta cuando me hice a un lado de la calle y estiré mis piernas por un breve lapso de unos 25 segundos y así poder continuar sin malestares... ya era el km. 30 y mis piernas lo sabían. 



Me tocó saludar de lejos a Marco Antonio Valencia, joven maratonista de Tijuana, que al igual que otros integrantes de su club Berrendos ahí estaban desafiando la resistencia de sus cuerpos y luchando contra la naturaleza de los vientos. Me fijé varias veces en el trayecto por si veía a Gabo (Gabriel Flores), más fue en vano, la oscuridad de algunas calles no dejaba apreciar ya bien a los demás, aunque en general estuvo muy bien iluminada toda la ruta.

Hubo una zona de muchas vueltas, curvas un tanto cerradas, pérdida inevitable de velocidad, y yo ya con piernas que clamaban que hasta ahí era suficiente para ellas. "No se me rajen, piernitas flacas ¿qué son 7 kilómetros más? Al poco, una rica bajada, pero luego a subir de nuevo; ya quería ver otra vez el Strip  para enfilarme hacia la meta.  Algunos corredores caminaban, pero los invitaba a continuar diciéndoles ¡Keep on going, you can do it!, aunque ni yo mismo me entendía en mi pronunciación.
Los 35 kms los había sacado igualito que en mi entrenamiento largo de 12 días antes, en 3 horas flat. Aun tenía posibilidades de nueva marca personal. Pero lo más complicado estaba por ocurrirme.

Resultaron muy buenos los abastecimientos de agua y gatorade. Por cierto, quería echarme agua en la cara para tumbarme la sal que dejó el sudor al secarse, pero luego sentía los gélidos vientos nuevamente y mejor desistí para no enfermarme de algo, que apenas acababa de salir de una gripa.

Mi panza toda revuelta por los dos geles que tomé, de repente me dolía. Mis manos heladas y brazos entumidos que tenía que sacudirlos. La frente con chorros de sudor frío. Las piernas ya algo pesadas y resistiéndose a seguir con el ritmo que le pedía, y mis pulmones, agobiados por aspirar tanto viento, por momentos álgido, por momentos polvoriento.

De izquierda a derecha, Luz Villaseñor, Paulina Vega, Gabriel Flores, Adán Morales, Marco Antonio Valencia
y la fotógrafa Isabel Mata.

Como si fuera dirigido de forma intencional, ahora tendríamos el fuerte viento exactamente de frente. Yo trotaba refugiándome detrás de otros corredores (truco que me enseñó mi papá, Don Héctor), y cosa que hice desde el arranque de esta carrera, ahora con más razón lo hacía, sin embargo, de poco me servía, aquello era un vendaval sin piedad. Los minutos de me escurrían y apenas podía avanzar, me despedí de un nuevo récord personal, incluso de llegar en 3:40 horas. Faltaban 2 kilómetros.

Por fin de nuevo en el Strip, enfilados hacia la meta. Me llamó mucho la atención en este punto como los participantes de medio maratón, casi todos iban caminando, no exagero, un 95% de ellos, como en epidemia se imitaron y deambulaban rumbo a la meta, ya sin sonrisas y lidiando contra el viento que aquí no daba tregua. En el carril de al lado los pocos que íbamos rumbo a completar el maratón, ninguno caminaba, tratábamos de trotar, de correr, pero nadie se rendía, el contraste entre unos y otros (y sin intención de comparar) era algo muy notable.

Avanzaban más rápido los minutos en mi reloj que mis pies hacia la escurridiza meta, que nomás no se dejaba ver. En el km.41 y de la meta, ni sus luces... ¿Donde está la meta? ¿Quién se la robó?
Quise caminar también, pocos pasos, pero no, de inmediato retomé el trote, "yo no vine a caminar", pensé, y es que acababa de pasar por una ráfaga de aire tan fuerte que sentí que literalmente me iba a levantar, y para lo cual me agaché un poco. No se si a los que llegaron una hora antes que los que íbamos ahí en ese momento, les tocó este mismo viento o si apenas estaba poniéndose así de fuerte.



42 kms y me pareció ver la meta. A "correr" o al menos eso intentaba, pero me resultaba en un lento trote, cortesía del tremendo clima, pero ¿quién iba a ganar esa noche, el clima ventoso o el maratonista?   Como pude le di y le dí, hasta visualizar la meta, y en un eterno último kilómetro metí las energías que pude hasta finalmente cruzar la meta de un maratón que inicialmente se me había antojado facilón y había resultado todo lo contrario. Sin embargo se pudo, las metas son para cruzarse y abandonar nunca fue una opción.

Resultó con casi 43 kms ese maratón, y de pilón nos hicieron caminar un largo trecho más para poder llegar a la salida, y yo con la urgencia de ver a mi esposa para decirle: "¡Aquí estoy mi Lucy, lo logramos de nuevo!"

Mi tiempo de llegada: 3:47:21 horas, aunque se que pudo haber sido por lo menos 10 minutos más rápido. 
Lugar general de llegada:  319  de  3100.
En Categoría de edad:  48 de 329.
En Rama Varonil:   280  de 1897.



─Nota: Fueron más de 23,000 en el half marathon. Un mar de gente comparados con la cantidad de participantes en Maratón.

Fue mi maratón #15, y pese a los obstáculos resultó mi ser mi quinto maratón más rápido.
Una experiencia única, totalmente distinta a las otras. Publiqué hace pocas semanas un artículo sobre este reto, llamado: "Correr Las Vegas, cosa de locos", haciendo referencia a la gente disfrazada, pero me equivoqué, lo que estuvo de locura fue el clima (jajaja). Volveré por la revancha un año de estos Dios mediante.

Felicitaciones especiales a mis amigos corredores de Tijuana que fueron de valientes a enfrentar también este reto: Gabriel Flores, Isabel Mata, Paulina Vega, Zuluz Villaseñor, Adán Morales, Marco Antonio Valencia y a César Moreno. Todos lo concluyeron, nadie se rajó. ¡Bien hecho maratonistas!

Con Lucy, antes de dejar las Vegas.

¡Gracias por tu visita! 






viernes, 30 de octubre de 2015

¿Es disfrutable el correr un Maratón?

Ayer corriendo treinta kilómetros como preparación a mi nuevo maratón, me dio por pensar en como me iba a sentir en pleno maratón si apenas en el km.25 ya estaba tan agotado... ¡Vamos hectorín, un poco más!  En el km 27 me traicionaba la mente, ya Héctor, ya con estos está bien, otro día que tengas más energía haces los 30... luego esa lucha interna, mental, "no eches a perder los 27 que ya hiciste, no te detengas, aunque sea dale despacio, que si no completas los 30, después te vas a arrepentir".

Venció la vocecita que echa porras, "Tu puedes Héctor". Y que bueno, ya que logré aumentar de nuevo el paso al faltarme solo 1500 metros. Una vez más se pudo. Pero, me preocupa un poco esto, no quiero que me pase en pleno maratón cuando vaya en el km 30  o 35, que si duelen las piernas vaya a querer abandonar o descansar tirado sobre un cesped. ¡Aaaah no!, desde luego que eso ya no debe ocurrirme, que para eso sirven estas tiradas largas, para trabajar también la parte mental.

Y luego pensé en que hay cosas que nadie te dice, cuando eres principiante, quizás para no espantarte, o porque no quieren comentar sus debilidades, que en realidad no son malas, pues eso le da mas valor al logro, porque lograste vencerlas, lograste eludir cada incomodidad, dolor o problema que suponían un obstáculo entre tu y la línea de meta.



     Lo que te han dicho: 

"Corre un maratón, si no lo has hecho no sabes de lo que te pierdes". "Yo no corro distancias cortas, solo me interesan los maratones, algún día corre uno y verás porque te lo digo". "Incluye en tu Bucket List (lista de cosas por hacer) correr al menos un maratón". "La sensación de logro es mucho mayor cuando corres un maratón y consigues esa medalla, que no la cambio por ninguna de 21k."  Etc, etc.


Lo que tal vez NO te han dicho: 

"Pasando los 25 kms te vas a cansar un montón, luego pasando el 30 te vas a debilitar, y a partir del km 33 prepárate para los calambres, que a muchos les pasa y las piernas estarán pesadas y engarrotadas, ─vas odiarte por creer que estabas hecho para eso─ y en parte, debido a que comenzaste muy rápido al inicio, y que no te hidrataste bien en el trayecto". "Correr un maratón a veces se sufre, se llora, se sangra, y duele".

Sí, me pasó todo eso con mi primer maratón, que en verdad no puedo decir que lo disfruté; sentí que me había lanzado al matadero nomás por puritito gusto... sí, pensé que iba a ser complicado pero no tanto, y no fue el "pan comido" que creí cuando solo entrené 30 kms. como máximo.

Dejé pasar un par de años para animarme a correr otro maratón, y le sufrí un poco menos. No obstante, no me desilusionó esa vez (le fui agarrando el gusto), y fue el tercero el que cambió mi perspectiva sobre esta distancia, uno que me hizo revalorar la palabra Maratón, respetarla, y para ello entrenándome mucho mejor para saber enfrentarla y terminar con cierta dignidad y decoro hacia mi mismo, de modo que al llegar a la meta, ver el brillo de la medalla y que me la colgaran en el cuello, que me felicitaran las personas paradas a mis costados, caminar super cansado para salir de la multitud y encontrarme con Lucy, solo iba pensando: "Quiero otro, ya quiero repetir ésto, ¿cual será el siguiente?



Hay muchos factores que están implicados en el disfrute de tu experiencia. Si entraste a un maratón cuando el calor de verano está en su apogeo, que te deshidrataste más de la cuenta, y porque casi no hubo abastecimientos (uuy y con mas razón te madrugaron los calambres), que casi no hubo apoyo en las calles, al contrario le diste coraje a los automovilistas porque ellos no entienden tu esfuerzo, tu pasión ni dedicación a este deporte, y casi te echaban el carro encima... pues son dificultades que hacen mayor el reto, desde luego, pero no dejas de pensar en que las cosas no debieron ser así, si se cuidaran más los detalles de organización del evento. 

Yo he querido por voluntad propia entrar a todo tipo de maratones, y se que unos no son tan disfrutables como otros. Pero así es uno, de pronto mas que un corredor te das cuenta que eres una especie de aventurero de las calles (de cualquier ciudad). Te desafías en diversas situaciones, climas, altimetrías, terrenos, etc. Como si 42.195 kms fueran lo mismo aquí que en la muralla China, o en las duras calles planas de Mexicali. Y que bueno que no son lo mismo, eso hace que cada intento valga la pena por buscar una nueva experiencia.



Correr un Maratón se vuelve disfrutable desde la primera vez, sin duda, lo dicen quienes se prepararon bien, entrenándose de forma adecuada, ya sea por su cuenta, con amigos o con un entrenador.
Y esto lo digo yo: aunque sobra decirlo (porque ya es muy trillado, pero te lo diré a mi manera) que el orgullo y sentimiento de satisfacción al cruzar la meta y ver que si pudiste contra el "monstruo" del atletismo, te hará sentir como nada ni nadie te lo puede explicar pues es algo que sólo se siente, sólo se vive en carne y espíritu propio... sentirás que hay poder dentro de ti, y que tan sólo estaba ahí dormido, latente, en espera por ser descubierto y activado. Al cruzar la meta sabes que ya no eres el mismo.

¡Gracias por tu visita!







lunes, 19 de octubre de 2015

Corriendo bajo la Luna


Alisitos —que yo llamo "mi villa"— para esta época del año, parece más que siempre una villa fantasma. Se acaba el verano y se acaban los turistas. Silencio fugaz en el día, silencio total en las noches. Y, como es un campo para que el turismo haga sus casas de campaña, la villa está diseñada para que no entre nadie, mas que por la entrada, la única entrada al "campo turístico", un solar, vacío... arrullado por las olas del mar, bendecido no sé por qué misterio en el día, y en la noche... a golpe de mar, por una extraña melancolía.

Hace poco —que hubo una súper luna llena— opté por ir a correr, aprovechando que la luna me regalaba una sutil luz que parecía de día. Al ladito del barranco trotaba ligeramente viendo más allá del acantilado cómo la gran luna se reflejaba en el océano Pacífico. Y, al trotar acudió a mi mente tanto que se dice de las lunas llenas; y cómo ésta —la luna— me seducía a que bajara por la rampa de piedra, para seguir mí trote en la arena de la playa.

Con razón dicen que la luna llena alborota a los lobos, a las olas y a las almas inquietas.



Y a propósito de almas, no podía creerlo, ni un alma a mi vista que disfrutara lo que yo estaba disfrutando, una pálida luz, pero lo suficientemente fuerte para ver con claridad a distancia, y en mi trotar la luna me seguía seduciendo: "Anda, aprovecha, estás solito deja de correr, quítate los tenis, y métete a nadar conmigo".


Luna seductora, ya merito me convencía, pero yo seguí trotando. Ésta enojada se escondió tras de las nubes, y me retiró su majestuoso brillo.

A memoria y por instinto seguí mi trote por la arena húmeda que van dejando las olas cuando se alejan... Ya no salió la luna. 

Y, de repente me quedé sin luz en la penumbra. 

De extremo a extremo esta playa privada mide aproximadamente un kilómetro, y me encontraba en el extremo sur —seguro de mí mismo— no quise esperar a que saliera la luna y seguí mi trote por la humedad que va dejando la marea de esta súper luna, que a través de las nubes iluminaba apenas un poco.

Un kilómetro casi a oscuras.

Subí la rampa, como si conociera cada grieta y cada piedra que hay en el suelo, hasta que las luces de los negocios me hicieron el favor de iluminar mi camino; no me detuve y seguí trotando. Me acerqué a la carretera, y seguí mi trote por la Libre (la carretera que va a Ensenada). 

Una patrulla se detuvo a unos cuantos pasos de donde iba, saludé y les dije bajo delirio de persecución "estoy entrenando".  No me contestaron, se quedaron ahí los oficiales, y yo seguí mí camino bajo un suave trote; al avanzar un poco hacia adelante me di cuenta que estaban "cazando" a un presunto culpable de algo, pero en paz continué mi ejercicio.

No te fijes, trota. No te detengas, trota... suave, suave, sigue tu trote... Sin querer me hice una y otra arenga; comandos hechos cantos en mi mente para auto-motivarme.

Trote, suave, ligero, tranquilo...

Un "¡bravo, bravo! ¡Sí se puede!" de unas muchachas en la Oxxo interrumpió la canción de mis adentros.

Avancé otro kilómetro, a parte de los que ya había hecho en la playa, y me regresé a las calles vacías de mi villa, para seguir mí trote. Noté que los perros no me ladraron, si no hubiera sido por las porras que me lanzaron aquellas muchachas, yo también hubiera creído que soy un corredor fantasma (que defraudó a la luna).


Texto: Leopoldo Espinosa.





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