Imágenes de Yo también corro en Tijuana. |
Verde, todo el entorno era verde
y yo un poquito constipado
esperando que mi energía concuerde
me iré al paso que he entrenado.
Bordeados por altivas palmeras y árboles diversos se dio el arranque.
Fue mas que eso, aquello fue una estampida, casi hubo empellones en áquel primer grupo.
¡Césped húmedo y resbaloso ten piedad de éste ba... valiente, que éste día se siente achacoso!
Cerca de trescientas apuradas almas y unas cien para abrirme paso.
Dicen que en noviembre ya llegan las lluvias a Tijuana:
¡Que puntual has sido lluvia, apenas en el día primero, nos has dejado charcos con un madrugador aguacero!
Tras recorrer algunos metros y desniveles, solo unos 70 corredores iban delante de mi.
Un desfile remojándose en charcos y batiendo el barro; ¡caminen, corran, brinquen, pero no se detenga nadie!.
Con 4 x 4 en las suelas
corredores todo terreno,
esperando que nada nos duela
vamos locos con desenfreno.
Llegaron bellas y apuestos, y hasta con tenis relucientes, pero íbamos salpicando a los de atrás, repartiendo chispas de lodo a la vez que esparcíamos adrenalina al frescor del ambiente.
Ya unos cincuenta por delante, y ¿que afán de perseguirlos?, agitado por el esfuerzo, me propuse pisar el acelerador... que puedo alcanzar a varios mas.
Una buena plasta de lodo
se ha adherido a mi calzado,
pesan, no puedo ir con todo
y hasta me siento cansado.
Seguimos las huellas de alguna camioneta, seguramente de los que trazaron la ruta a seguir; era lo mas seco que había por alguna parte del sendero.
Giramos a un lado y luego por el otro, pareciera que alguien quiso que nos extraviáramos, pero como alguien alguna vez me dijo:
-"Imposible que te pierdas, tan solo sigue a los de adelante"-.
Sentí mis piernas flaquear, un par de veces pude haberme caído por el sube y baja, aquello estaba todo mojado.
Evadí una saliente con la que casi tropiezo, que bueno que la miré, se trataba de una negra regadera de césped, espero que todos la hayan visto.
Después pasamos a tierra firme, compactada con un poco de arena, luego al camino de cemento hasta subir por un corto puente de madera:
!Ah puentecito, húmedo y resbaladizo
en el tropezó un amigo, perdiendo así el liderato
mas no diré su nombre por no ser advenedizo
él un campeón que admiro, y yo tan solo un novato.
La carrera era corta, así que para que aflojar el paso. No tenía idea de en que lugar iba y, los punteros hacía minutos que los había perdido de vista.
4.2 kilómetros, pensé que podría hacerlos en 15 minutos. Sentía que apenas podía respirar, mejor hubiera hecho ese recorrido mas lento y lo hubiera disfrutado mas.
Meta a la vista. 16:29 minutos, ¡nada mal!, y mi lugar 27 de llegada, estando en una categoría tan competitiva, apenas me alcanzó para el cuarto lugar.
Fue una carrera a campo traviesa (casi parecía de obstáculos), algo diferente para mi. Organizada por el Imdet, llevada a cabo en el Parque Morelos el primer día de noviembre del año en curso.
nos recibió el Parque Morelos
y aunque yo soy mi propio adversario
¡me ganaron jóvenes y abuelos!
Hola, Héctor, hasta parece que estoy ahí, y soy yo quien está superando esos obstáculos, muy buena narración, gracias por compartirla. Cuando corras del lado de Rosarito, avisame para ir a decirte personalmente, "Corre, Héctor, Corre".
ResponderEliminarEspero pronto ir a entrenar por sus rumbos de Rosarito Sr. Leopoldo.
ResponderEliminarNo iba a escribir nada sobre esta carrera, por eso es que la publiqué el día 7 cuando la corrí el día uno, ya que no me pareció una buena carrera de mi parte, pero al reflexionar me di cuenta que había vivido en ella una experiencia diferente, pues es mi primera carrera a campo traviesa.
Muchas gracias a usted por leerla, comentarios como el suyo me motivan a seguir escribiendo, ¡saludos amigo!