LA EXPERIENCIA DE VICTOR SERNA
30 de Marzo de 2014. Rancho Casián, Tijuana.
Anuncian la
salida pasadito de las siete de la mañana, todos los corredores en la meta
ansiosos, tal vez otros un poco nerviosos por desconocer la ruta o por ser su
primera vez en este tipo de eventos. Corredores de varias partes del país y
extranjeros, todos con solo dos objetivos: conquistar 25 o 50 kms.
Finalmente
ahí vamos, todos juntos con gritos de júbilo y emoción. Poco más de 300
corredores estábamos en el mismo camino. No tardó mucho en dispersarse el
grupo, los que iban por 25 kms. tomaron la delantera y los de 50 km a un paso más
conservador, pues había que
administrarse muy bien si querían cumplir con tan demandante distancia.
Yo, que
solo iba por los 25 kms. decidí irme a paso más lento junto con mi hermano aunque el iba por los 50K. Nos iríamos juntos hasta el km 13 que era donde yo me
regresaría y el seguiría hasta el km 25, donde sería su regreso.
Me di la oportunidad de irle tomando algunas
fotos y videos ya que en ciertos puntos del camino se podían observar unas
panorámicas muy bonitas; que más que el guarde un bonito recuerdo de su primer
ultra. Por ciertos tramos nos distanciamos un poco ya que sin querer me ganaban las ganas de ir más rápido, después nos volvíamos a encontrar.
Llegué al
primer abastecimiento, solo un trago de agua fue suficiente para poder seguir
sin problemas, no hubo necesidad de rellenar mis ánforas, todavía en una tenía agua y en la otra electrolitos, suficiente para poder llegar al siguiente punto
de hidratación, el clima se estaba portando muy bien con nosotros.
Fue más
adelante donde en una prolongada curva mi pie derecho tropieza con un pequeño
tronco que salía unos 5 cm de la tierra, ahhhhhhhhh!!!!!, fue el grito cuando
iba cayendo, fui a parar unos metros adelante, tenía la tierra muy cerca de mi
cara, mi mano derecha había dibujado un caminito desde que toco la tierra hasta donde finalmente paro, y mi rodilla en un
par de ocasiones sintió lo duro de ese camino. Fue una caída muy aparatosa,
sentí que algo más grave me pasaría pero me levanté enseguida y seguí
corriendo, al parecer todos los huesos estaban en su debido lugar, había algo
de sangre en la rodilla pero eso que importaba. Los corredores, el que iba adelante
y el de atrás, no me vieron cuando caí, pero con el ruido que hice se pudieron
dar cuenta de lo que me había sucedido a lo que me preguntaron: ¿todo bien?, y yo
con una risa les contesté: todo bien gracias, vamos!!! Jejeje me estaba riendo
de mí mismo, hacía tiempo que no me caía tan bonito.
Seguí
corriendo, para mi sorpresa ya venía el primer corredor de regreso (en los 25
km) y me dije ya no falta mucho para llegar al km 13 y poder regresar. Después
vi pasar a Héctor Romero "el mosco", que iba a muy buen paso intentando dar
alcance al primer lugar, finalmente no lo pudo lograr pero un segundo lugar es
muy bueno.
Faltando unos
metros para llegar a los 13 kms. y tomar el regreso, en un crucero, un corredor
venía por un camino equivocado y nos pregunta: “¿voy bien?, ¿es por aquí?”, a lo
que le contestamos: “No señor, usted tiene que regresar y retomar el camino y
tiene que dar la vuelta hasta allá donde van esos corredores”. El señor nos da las gracias y se regresa a
retomar el camino correcto. El corredor que iba delante de mí me dice: “mira tu
hermano ya va tras el señor que se había equivocado”, me regresé al crucero y
le grité a Oscar que ése no era su camino que era por acá por donde nosotros
íbamos, pero no me hizo caso y con una seña me dijo que él estaba bien, que su
camino era por ahí……ufff ¿pues que más hago? Me quedé un rato viendo cómo se
alejaba de la ruta. Finalmente lo dejé, tal vez él quería correr dos kms. más que
todos, o sea 52 kms. pues ya iba de regreso a dar otra vuelta por el mismo
camino que ya había recorrido, o tal vez el pensó: “si no gano en tiempo, si
les voy a ganar en hacer más distancia”, lo malo es que no había premio para el
que recorriera mayor distancia, jejejeje!
Unos
minutos más tarde, llegué al km 13, donde estaba el segundo punto de
hidratación, me tomé un descanso de 2 mins. planeando mi regreso, quería hacer
mi máximo esfuerzo, quería ver que tan rápido podía ir en esos caminos. Tenía
ganas de probar un poco más de velocidad en esas pendientes y en las pocas rectas
que había. La sangre en mi rodilla se había detenido y no había dolor del que
preocuparse. Entonces, reviso mis agujetas, ajusto mi cinturón de hidratación,
un pedazo de sandía y un trago de agua y ahí voy de regreso, dispuesto a dar el
máximo, ya más confiado de haber conocido ese camino.
Los
primeros kms. fue algo difícil agarrar la velocidad deseada ya que me encontraba
con muchos corredores en sentido contrario (que eran la mayoría los que iban
por los 50 kms. por ir con una paso más lento) y el camino solo se prestaba para
una persona, así que cada que encontraba corredores me hacía a un lado
cediéndoles el paso y echándoles porras, ellos también aplaudían mi esfuerzo y
me animaron mucho y eso se los agradezco bastante.
Unos kms. más
adelante, ya estaba más libre el camino y me dispuse a apretar el paso. Me
animé mucho cuando un corredor que encontré me dijo: “lugar 32”. A lo que le di
las gracias por tomarse el esfuerzo de ir contando a los corredores. Lugar 32
no estaba nada mal, tomando en cuenta que la primer mitad la había hecho a un
ritmo muy cómodo hasta cierto punto, incluso parando a tomar fotos y videos. Vi a lo
lejos a los corredores que iban delante de mí y me dispuse a alcanzarlos, pensé
que podía entrar hasta el lugar 20 si fuera posible, claro, si se puede!!!!.
Entonces aceleré el paso y allá voy,... si allá voy al suelo nuevamente, no puede
ser, esta vez fue el pie izquierdo el que tropezó. Ahora solo caí de rodillas y
pude poner las dos manos en el piso. Ahí quedaron marcadas mis manos en la
tierra, estaba dejando huella en el Casián, no solo con los pies sino también con las manos, ya solo faltó que con mi dedo escribiera “Víctor was here” .
Esta vez
me costó levantarme ya que un dedo del pie me dolía demasiado y no pasaba ningún
corredor que me ayudara. Al final me levanté e intenté trotar pero el dolor
ya no me dejó, mi dedo se estaba hinchando y dolía mucho.
Faltaban más o menos
2 kms. para el siguiente abastecimiento y 7k para llegar a la meta y yo ahí en pleno cerro caminando. Todo mi plan de
correr más rápido se había venido abajo, no podía ni trotar bien. Fueron 2 kms. de caminar y trotar según como aguantara el dolor. Vi como en ese lapso me pasaron varios corredores, los iba
contando para saber el lugar en el que iba quedando por si me recuperaba y pudiera apretar nuevamente, así sabría en qué lugar estaba posicionado, pero el dolor nunca
se fue y me olvidé de quedar en mejor
lugar.
Llegué al último abastecimiento y ahí descansé un poco; una muchacha me
ofreció agua para lavar mi herida, y me preguntó que si necesitaba algo más,
creo me veían que ya estaba mal físicamente.
Me
mentalicé para recorrer los últimos 5k que faltaban a paso lento y trote, si
mi pie me lo permitía, tenía la esperanza de que el dolor cediera pero nunca
sucedió, así que a como diera lugar tenía que llegar.
Por ahí
entre las bajadas y subidas escuché un grito detrás de mí, me detuve pero no vi
a nadie, pensé: “tal vez alguien ya se cayó” y veo que más abajo se levanta un
señor, efectivamente se había caído. Cuando lo vi que empezó a correr me di
cuenta que no había sido de gravedad su caída, luego en pocos minutos pudo
rebasarme.
Ya faltando cerca de 3 kms. para llegar entramos
a una prolongada pendiente, una bajada muy larga, estaba prácticamente solo, el
siguiente perseguidor venía unos 600 mts. detrás de mí y era una mujer, que al
igual escuché su quejido cuando se cayó, cuando me detuve para ver, ella ya se estaba levantando. Ya faltando 2 kms. para la meta se me acercaba otra muchacha de Mexicali y de repente
suelo!!!!!! También le tocó resbalarse y caer. ¿Si estos fueron los que me tocó
ver caer, a cuantos más les pasaría lo mismo?
Entré a la
recta final, unos metros para cruzar la meta, ya no había nada que hacer, lo
hecho, hecho estaba, solo era cuestión de segundos para terminar los 25
accidentados y divertidos kms.
Crucé la
meta y me entregan mi medalla, una bonita medalla con un gran significado.
Un nuevo
reto se había cumplido, no como lo había planeado pero al final orgulloso de
haberlo superado a pesar de los obstáculos que se me presentaron. Tuve que
verle el lado positivo y divertido a todo esto.
Nos vemos
el siguiente año, y espero ahora si ir por los 50 kms. Ah!, y también ahora si prometo inscribirme con
tiempo.
Narrado por: Víctor "puma" Serna.
Fotos: Isabel Granados, Susana Susy.
De todas te levantaste de eso se trata y quedarse con la leccion aprendida.
ResponderEliminarBien hecho.
Muy divertida tu narracion. Y tienes razon, yo creo que fuimos mas los que nos caimos que los que no.
ResponderEliminarGracias. Y si me hubiera caído la tercera o cuarta vez de todos modos arriba y seguirle. Fueron divertidas todas las caídas. Voy para el próximo año por los 50 y sin caídas jejeje
ResponderEliminarYa verás Víctor que en los 50 kms. estarás mejor preparado y no habrá caídas. Te felicito amigo por esa dura carrera, por que se que no estabas al cien y aun así te aventaste, además resultaste buen escritor y narrador!!.
ResponderEliminarGracias Héctor. Vamos por los cincuenta la siguiente ocasión. Saludos
ResponderEliminarMuy padre Yo tambien me cai , pero con toda la actitud arriba y a seguirle .. la adrenalina y las ganas de cumplir la meta eso nos dio muchas fuernzas para seguir exitooooo y nos vemos para el siguiente ultra Vamos por 50K si se puedeee !!
ResponderEliminarGracias Mayra por comentar. A lo que me enteré después,gran cantidad de corredores sufrimos caídas, unas leves y otras más fuertes, pero ni eso nos detiene. Seguimos con mucho animo gasta llegar. Felicidades Mayra por cumplir tu reto y vamos por los 50 claro que si. Primero Dios.
Eliminargran narracion,y si efectivamente el cerro es muy traicionero,siempre debes de cuidar tus pasos,esperemos que este 2015 tengas un mejor resultado en el evento!!!
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